Juego de Tronos es la serie del momento. Millones de espectadores en todo el mundo siguen el estreno de cada nuevo capítulo, sabiendo que esta última temporada terminará por resolver todos los rompecabezas y atar los cabos sueltos que quedan. Sin embargo, al margen del gran componente de fantasía épica y aventura que destila cada episodio, la obra también encierra algunas enseñanzas muy importantes para emprendedores. A partir de aquí, el lector puede encontrar spoilers, por lo que se recomienda ver primero el tercer capítulo de la octava temporada antes de seguir leyendo.
El capítulo estrenado en la madrugada del pasado domingo al lunes ha contado con una de las batallas más épicas (y largas) de la historia de la televisión. 55 noches de rodaje, según datos de HBO, para dar forma al episodio más largo de toda la serie, con casi una hora y media de duración. Al margen de los dragones y del espectacular final, lo importante aquí es cómo se prepara la batalla y lo que ocurre durante el combate, de donde se pueden sacar valiosas enseñanzas para las personas que quieren poner en marcha o que ya tienen su propio negocio.
Planificar cada detalle antes del gran día
Uno de los detalles que más sorprende de este capítulo de Juego de Tronos es lo que ocurre justo un poco antes, hacia el final del segundo episodio. Todos los altos mandos que participarán (Daenerys, Jon Nieve, Tyrion…) se reúnen ante un mapa de la zona del castillo de Invernalia y, con piezas de madera, sitúan a los dos ejércitos: el de los muertos y el de los vivos. A pesar de que los primeros superan en número a los segundos, la batalla se afronta en campo abierto, en mitad de la noche y el frío, donde el enemigo tiene ventaja.
Esta situación puede enseñar mucho a los emprendedores. Antes de encarar un proyecto importante, es importante planificar cada detalle e incluso realizar un análisis DAFO para identificar dónde están los puntos fuertes de la empresa y ponerlos en valor. Lo mismo ocurre en una reunión con un posible cliente. Salir "a ver qué pasa" sin preparar nada u omitiendo dónde pueden estar los puntos clave de la negociación llevará al fracaso.
Definir bien el objetivo
En uno de los momentos más épicos de la batalla, Jon Nieve, que partía con el objetivo de matar al Rey de la Noche, corre hacia él en el campo de batalla. Sin embargo, el villano logra levantar ante sí a un ejército de muertos para protegerse y se marcha. Aquí, el protagonista cambia rápidamente de objetivo y va corriendo a por su hermano Bran para protegerlo. Aunque por el camino se encuentra a su mejor amigo Sam, no se detiene a ayudarlo porque su meta está clara y obedece a un bien mayor para el grupo.
Los líderes hacen eso: definir cuál es el objetivo y poner todos los medios para que el equipo lo consiga. Muchas veces, la empresa o los trabajadores terminan realizando tareas que no les corresponden o invirtiendo demasiado tiempo en otras que no suman para alcanzar la meta marcada. Por eso, aunque a veces haya que dejar de lado algunas tareas que paracen más obvias, lo importante es no desviarse del objetivo principal.
Compañerismo y trabajo en equipo
El final del capítulo es una analogía perfecta de lo que se logra con el trabajo en equipo y definiendo un buen objetivo, pero hay que volver un poco atrás para entenderlo todo. Cuando los muertos consiguen entrar en el castillo y la amenaza es incontenible, Arya se refugia junto con Beric y El Perro. En ese momento, el personaje tuerto recibe varias puñaladas y, aunque había resucitado muchas veces, termina muriendo. Melisandre informa a Arya de que “El Señor del Fuego lo resucitó para que cumpliera una misión” y al haberla cumplido (se entiende que proteger a Arya) ya puede irse en paz. Este gesto, al igual que el del resto de personajes que protegen a Arya en varios momentos, es muy importante, ya que consigue que el personaje sobreviva y pueda, al fin, erigirse como la heroína y derrotar al Rey de la Noche.
Si ya la empresa funciona y cuenta con un equipo de trabajadores, es importante establecer reuniones diarias cortas para elaborar el plan del día, reuniones mensuales para ver cómo funcionan los proyectos y, unas cuantas veces al año, otras para planificar a futuro. Todo esto puede mejorar la relación del equipo, que será lo que llevará a la empresa o al proyecto a triunfar y conseguir el objetivo. El trabajo más importante de un buen emprendedor es hacer que su empresa funcione y da igual quién logre el objetivo final. Si se consigue, será el triunfo de todos.