Pese a lo trepidante de sus thrillers, el novelista norteamericano Harlan Coben ha sido muy poco adaptado al cine o la televisión, y nunca en su país de origen. Los franceses le han dedicado un largometraje y una miniserie, y ahora Canal Plus ha coproducido con Netflix la serie de ocho episodios Safe, creada directamente por Coben para la televisión, aunque no haya escrito ni un solo capítulo. Afortunadamente, su espíritu está ahí, por lo que Safe resulta tan apasionante y absorbente como sus novelas. Y al igual que éstas --y no lo digo como un reproche-- es como un estimulante trayecto en montaña rusa que se olvida fácilmente a los pocos días. Coben es un maestro de las tramas retorcidas, de la pirotecnia argumental y de los giros imprevistos. La carpintería de sus novelas es admirable y nunca se deja ni un cabo suelto. Suele meterse en unos fregados narrativos de los que uno nunca sabe cómo se saldrá, pero el hombre siempre lo logra. Y de manera brillante.
Situada en una ciudad de provincias británica, Safe se centra en la desaparición de una adolescente y la consiguiente desesperación de su padre (Michael C. Hall en su primer papel de persona, digamos, normal tras sus roles de sepulturero gay en A dos metros bajo tierra y de psicópata asesino pero funcional en Dexter, que no ha hecho el menor esfuerzo por camuflar su acento americano, cosa que canta un poco en un elenco absolutamente británico). La chica es huérfana, pues perdió a su madre un año atrás a causa de un cáncer, y anda bastante perdida. Tampoco está muy contenta con la relación semiclandestina que mantiene su padre con la jefa de la policía local, cuyo exmarido vive en el jardín de su casa, en una caravana caótica. Jenny, que así se llama la muchacha, desaparece la misma noche en que su novio, Chris, aparece ahogado en la piscina de una casa en la que se celebraba una fiesta a la que ambos habían acudido. ¿Están relacionados ambos hechos?
Las pesquisas del doctor Delaney, el personaje que interpreta Hall, servirán para desentrañar unos sórdidos asuntos del pasado que afectan a varios inquilinos de la urbanización en la que vive y que llevarán a un final tan contundente como habitual en las novelas de Coben. Al igual que éstas, Safe te mantiene en tensión durante toda la historia y, francamente, hace falta mucha fuerza de voluntad (o mucho sueño) para no tragártela en una sentada.