Acudes ilusionado a la sala de cine. Te compras un enorme bol de palomitas y esperas ansioso a que comience la proyección. Pero, a mitad de la película, te ves obligado a abandonar la sala ante el espectáculo dantesco que estás presenciando. Una reacción para muchos impensable, pero más habitual de lo que creemos. A veces, incluso, llega acompañada de vómitos, lágrimas o desmayos. ¿Qué clase de películas provocan esta repulsa en el espectador?
Terror en la sala de cine
Todo comenzó en 1975, con el estreno del clásico de terror El Exorcista. La cinta muestra con todo lujo de detalles la posesión demoníaca de una niña de doce años. Su transformación y posterior comportamiento suscitaron auténtica conmoción entre el público de la época, incluso varias personas se desmayaron a causa del impacto. Sin embargo, y contra todo pronóstico, esto generó una mayor curiosidad entre la gente, que creó colas kilométricas antes de cada sesión.
Imagen de 'El proyecto de la Bruja de Blair' / ARTISAN ENTERTAINMENT
El miedo fue también la sensación que marcó a El proyecto de la Bruja de Blair. Esta fue rodada a modo documental como si el calvario de los protagonistas hubiera ocurrido realmente. Un realismo que se convirtió en pánico a los pocos días de su estreno y, finalmente, en una recaudación de 448 millones de dólares. Un desenlace que jamás llegó a experimentar Swiss Army Man, donde Daniel Radcliffe interpreta a un cadáver putrefacto con problemas de gases y erecciones continuadas. Algunos medios aseguraron que las salas se quedaban vacías durante la proyección.
Éxitos de taquilla
Y pasamos del terror al aburrimiento. Los diálogos entre personajes son un factor muy importante en la gran pantalla. Algo que debieron pasar por alto tres de las películas más aclamadas de los últimos años: 2001: Una odisea en el espacio, El renacido y El árbol de la vida. Todas ellas cosecharon infinidad de premios y reconocimientos, pero su ritmo lento y sosegado se transformó en aburrimiento para el espectador, obligado a marcharse antes de los títulos de crédito.
Fotograma de '2001: Una odisea en el espacio' / MGM
Con varias nominaciones a sus espaldas, la cinta de James Franco 127 horas cuenta con una de las secuencias más desagradables del panorama cinematográfico actual. Esta provocó vómitos, desmayos e, incluso, convulsiones. Y, por supuesto, más de un abandono. Pero la sorpresa llega con uno de los clásicos de animación más populares: El Rey León. La muerte de Mufasa motivó el llanto de decenas de niños, que salieron de la sala para sobreponerse de una de las pérdidas más dolorosas de la historia del cine.