Interesante aportación de Calle 13 a la parrilla televisiva de pago. Se trata de la miniserie canadiense The disappearance (La desaparición), que consta de seis episodios. Ya sé que la semana pasada les hable de Gone, una serie que va de una mujer, secuestrada de pequeña, que ahora ayuda al FBI a localizar a gente en su antigua situación, pero les aseguro que no estoy obsesionado con el tema y que las novedades, simplemente, llegan como llegan. La principal diferencia entre ambas propuestas audiovisuales reside en que, una vez vistos los dos primeros episodios de cada una de ellas, uno tiene muchas ganas de ver los que faltan de The disappearance y digamos que no tantas de ver cómo evoluciona la carrera investigativa de la protagonista de Gone.
El punto de partida de la esta nueva serie de Calle 13 es la desaparición de un niño, Anthony Sullivan, el día de su décimo cumpleaños. Nadie se explica quién ha podido llevárselo ni por qué, pero los astutos guionistas apuntan en una determinada dirección, que puede ser, o no, una simple manera de despistar al espectador: días antes de su desaparición, Anthony presentó un trabajo escolar, digamos, problemático; el encargo consistía en elegir un lugar o un país y elaborar un informe sobre sus costumbres; Anthony eligió su propio barrio, incluyendo en él polaroids de diferentes vecinos (entre ellos, la madre de un compañero tomando el sol casi desnuda). Tras la bronca paterna y escolar --que no comparte su abuelo, un juez jubilado interpretado por Peter Coyote, del que no sabíamos nada hace tiempo--, puede que haya llegado una más contundente que ha conducido a su secuestro. A todos se nos pasa por la cabeza que el pobre Anthony tal vez vio algo que no debía durante sus expediciones por el barrio.
Enigmático
En cualquier caso, al inicio del segundo episodio han pasado dos años y el paradero de Anthony sigue siendo un misterio. Su abuelo se está volviendo loco y pierde los papeles en público con notable frecuencia. Sus padres, que ya estaban divorciados, experimentan cierta aproximación después de que el amante de la madre, al descubrir que está embarazada, se dé las de Villadiego.
La tristeza y la crispación dominan esta segunda entrega, que termina en un momento de callada tensión. Habrá que esperar a ver cómo se resuelve todo el enigma para tener una opinión definitiva sobre The disappearance, pero, de momento, la experiencia está siendo muy satisfactoria.