El pasado fin de semana, los canales AMC y Sundance emitieron al alimón la mejor miniserie británica que un servidor de ustedes ha visto últimamente, Apple tree yard, basada en la novela homónima de Louise Doughty. Bajo una apariencia de thriller --sí, hay un muerto, pero eso es todo--, Apple tree yard nos narra un romance otoñal que acaba como el rosario de la aurora. Sus protagonistas, una científica llamada Yvonne (Emily Watson) y un encargado de la seguridad del Parlamento británico, Mark (Ben Chaplin). Ella lleva muchos años casada, su carrera profesional no ha llegado muy lejos y se aburre como una ostra (para acabarlo de arreglar, su marido acaba de tener un lío con una ayudante). Él aparenta llevar una vida estimulante y cargada de aventuras, así que cuando se ofrece a enseñarle a Yvonne algunos rincones poco visitados del parlamento, ella se apunta a la excursión y ambos acaban haciendo el amor, de pie y a lo bestia, en una especie de celda a la que nunca accede casi nadie. Nada más terminar, Yvonne se da cuenta de que no le conviene iniciar una aventura con Mark, pero se embarca en ella igualmente: el policía --quien insinúa trabajar para el MI5, los servicios secretos británicos-- le resulta mucho más estimulante que su marido.
Las cosas se complican cuando Yvonne es violada por un compañero de trabajo y Mark se hace cargo del asunto, matándolo a golpes. Cuando ambos son detenidos, Yvonne descubre que Mark no era quién decía ser y que, probablemente, no está del todo en sus cabales: su solicitud fue rechazada en el MI5, mientras estaba con ella se propasaba con una compañera de trabajo y cuenta en su haber con ciertos antecedentes violentos. ¿Se entregó Yvonne a un perturbado mental? ¿Llegó a quererla el perturbado en cuestión o solo se trataba de una conquista más?
Los peligros de la pasión
Finalmente, Yvonne se sale de rositas mientras todo el peso de la ley cae sobre Mark. ¿Realmente no contribuyó en nada Yvonne a la muerte de su violador? ¿O el hecho de que Mark silenciara ciertas confidencias de cama ha posibilitado que la buena burguesa vuelva a su vida apacible mientras el chiflado carga con toda la culpa? En cualquier caso, todo parece indicar que el chiflado quería a Yvonne, a su peculiar manera, aunque se comportase como un farfollas con sus pujos de James Bond. Y esa cruz la va a tener que cargar Yvonne durante lo que le quede de vida.
Sensible y sin moralejas baratas, Apple tree yard explora los peligros de la pasión y muestra de forma didáctica cómo lo mismo que nos puede salvar la vida, nos la puede hundir. Sutil tragicomedia sentimental, este seudo thriller es de lo más notable que ha encontrado uno en la más reciente ficción británica.