Robin Wright no tiene la culpa de que Kevin Spacey haya hecho todo lo que ha hecho --los casos de acoso se le acumulan, él los admite, pide perdón, pero el escándalo le persigue--, pero va a tener que despedirse de su papel en House of Cards de todas formas, porque Netflix ha roto toda relación con el actor, y eso incluye, por supuesto, cualquier posibilidad de continuidad para la serie que, durante mucho tiempo, ha sido el buque insignia de la cadena. Se dijo en su momento, cuando a Spacey le cayó la primera denuncia --la de un menor con el que había coincidido en una fiesta, 30 años antes--, que en realidad ya habían decidido que la serie terminara después de la sexta temporada, pero lo cierto es que el anuncio fue tan fulminante que es inevitable pensar que lo único que le interesaba a Netflix era desembarazarse cuanto antes de la manzana podrida, aunque eso significase decirle adiós a un clásico. En ningún momento a nadie se le pasó por la cabeza que la serie pudiera continuar sin Spacey, aunque el personaje de Robin Wright lleva al menos tres temporadas eclipsando al suyo, que brilló, y de qué manera, durante la primera y segunda temporada, y que pasó después a un, por momentos, ridículo, segundo plano, que, llegados a este punto, podría hacerlo incluso prescindible.

Lo más probable es que el hecho de que Spacey figure en la nómina de productores de la serie y que, obviamente, los números hayan dejado de ser lo que fueron y que el guión también, hayan impedido que se imagine un House of Cards sin Frank Underwood. Pero lo cierto es que podría haber sido completamente factible. Y quizá hubiera sido una buena manera de evidenciar que nada de lo que está pasando es normal. Cada vez que viéramos un capítulo de House of Cards sin Spacey pensaríamos en por qué Spacey ya no está y no olvidaríamos lo que ha pasado. Ahora ya no tendremos la oportunidad de hacerlo, porque la serie va a irse al infierno de la ficciones condenadas por sus protagonistas.

'Transparent'

Esto no va a pasar con Transparent porque Jill Soloway ha decidido que, si Jeffrey Tambor es un acosador de mujeres, el que debe pagar por lo que ha hecho es él, y no su serie.

Y así, el equipo de guionistas de Transparent ya trabaja en una quinta temporada de la serie en la que su protagonista no aparecerá. Recordemos que en Transparent, Jeffrey Tambor --que hace unos días ha sido acusado por una ex asistente y una de las actrices de la serie, la transexual Trace Lysette, de tocamientos y comentarios lascivos--, interpreta a Morton Pfefferman, un padre de familia que, un buen día, cuenta a sus tres hijos treintañeros y a su exmujer que, en realidad, siempre se ha sentido mujer, y quiere que a partir de entonces le llamen Maura y le traten como a una mujer. La serie al completo gira alrededor de la figura de Maura (Tambor) y en muchos sentidos se hace impensable que la serie continúe sin ella, aunque el hecho de que lo haga es una declaración de intenciones de la que Willimon debería tomar nota porque ¿por qué tiene el acosador que acabar, también, con la ficción que lo ha encumbrado?