Si hablar de dopaje es ir contra la esencia del deporte, mostrar al mundo su lado más oscuro es una obligación. Así lo ha entendido Netflix, que emitirá el próximo 4 de agosto el documental Ícaro, que relata el mayor escándalo de doping en la historia del deporte.
La cinta, de dos horas de emisión, aborda el caso que supuso que más de 1.000 deportistas olímpicos pertenecientes a más de 30 federaciones deportivas rusas se beneficiasen de manipulaciones para esconder sus análisis positivos.
Mitología griega
El documental ha sido rodado durante tres años por el realizador Bryan Fogel y el título elegido es un símbolo: en la mitología griega, Ícaro trató de llegar demasiado alto y cayó.
Fogel se propone descubrir la verdad sobre el dopaje en los deportes. Para ello, este ciclista aficionado expone su propio cuerpo para el uso de las drogas y analizar cada uno de los cambios cuando practica ciclismo.
Cuenta en la película con la colaboración del científico Grigory Rodchenkov, exdirector del laboratorio antidopaje de Rusia entre 2006 y 2015, y que tuvo que abandonar su país un año después al no estar seguro cuando la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) acusó a Rusia en noviembre de 2015 de destruir 1.400 muestras.
Sin secretos
Rodchenkov, que ahora vive en Los Ángeles, cuenta todo lo que sabe en el documental, desde los secretos más siniestros acerca de los programas a los que se someten ciertos atletas durante los Juegos Olímpicos, hasta cómo es que los deportistas logran evadir la detección de químicos en los exámenes de orina.
Ícaro ganó el premio Orwell en el Festival de Cine de Sundance y el premio de la audiencia en la edición del festival en Londres