La industria de creadores tiene el antídoto para la piratería en internet. El sector ha tardado una generación en hallar una solución, el tiempo que han pasado los titulares de la propiedad intelectual persiguiendo a las plataformas que favorecían el consumo ilícito en lugar de ofrecer alternativas. Pero ya hay remedio: la triple A. Contenido accesible, atractivo y asequible.
El consumo de contenido legal en internet ha crecido siete puntos porcentuales desde 2013, según la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO por sus siglas en inglés). Un 27% de los europeos ya paga por consumir series y películas, entre otros. La cifra sube al 40% entre los jóvenes.
Más cómodo
Los expertos matizan que hay un cambio de mentalidad y una ruptura de los hábitos anteriores. Es el caso de Elena Neira, entendida en marketing y redes sociales, profesora de Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC y autora de La otra pantalla (Ed. UOC): “La piratería es vivir en el pasado”.
Por su parte, Raquel Xalabarder, catedrática de Propiedad Intelectual de la UOC, celebra el cambio de tendencia: “Si queremos que los autores continúen creando y los productores continúen invirtiendo en la creación, necesitamos pagar por los contenidos”. Neira rebate, sin embargo, que la novedad, más allá de la concienciación, es que es más “cómodo” pagar que piratear.
Una generación perdida
La comodidad va de la mano de la triple A. Xalabarder lamenta que “se ha tardado mucho en tener oferta legal”. Neira añade que el agrandamiento de los dispositivos móviles, con pantallas de mayor tamaño y calidad, unido a la apuesta de la industria por este servicio, “marca un punto de inflexión”. Más vale pagar que arriesgarse a llenar el dispositivo de virus, porquería o contenido de mala calidad.
Las dos entendidas se refieren a plataformas como Netflix, Spotify, Amazon Video, HBO y Movistar Plus. Además de la accesibilidad, destacan la asequibilidad (9 euros) y una cada vez mejor experiencia del usuario. “Son sistemas pensados para poner al usuario en el centro y que no tenga que hacer nada”, declara Neira. Es la “tormenta perfecta”.
Imposible de erradicar
Pero no todo son buenas noticias. Hay más consumo legal, esto es, menos ilícito, pero la piratería se mantiene o crece. Un 10% de los europeos reconoce que ha consumido contenidos ilegales. Estas tendencias coinciden con el Observatorio de la piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales 2016.
Todo depende del tipo de contenido. Por ejemplo, la piratería en el cine es “mucho más dramática”. Según Neira, el hecho de que las películas tarden un tiempo en estar disponibles favorece el consumo ilícito. Las series, en cambio, están accesibles en cuanto se estrenan. Eso sí, cada plataforma cuenta con un catálogo propio y distinto de series. “La comunicación digital y las redes sociales han fomentado que haya filtraciones o spoilers, porque el contenido se consume a velocidades diferentes. Hay una urgencia por parte de los usuarios”.
Neira y Xalabarder coinciden en afirmar que la piratería no desaparecerá porque las plataformas “serán incapaces de absorber todos los contenidos”. “Es fundamental que la oferta legal continúe creciendo” y que sea “viable”, concluyen.