Sus portadas de Playboy y el vídeo sexual con su marido que se filtró en los años 90 son parte del legado que dejará Pamela Anderson y que la impulsaron a la fama. Ahora, sin embargo, carga contra la industria pornográfica: “Tenemos que educarnos a nosotros mismos y a nuestros hijos y comprender que el porno es para perdedores, para gente demasiado vaga”.
La actriz, sin embargo, se señala a sí misma como “parte del problema”. La exvigilante de la playa ha compartido en un programa de la televisión estadounidense experiencias personales sobre cómo el prono ha afectado a su vida sexual. “Soy una romántica. ¿Os han tratado alguna vez como a una estrella del porno en la cama? No es divertido en absoluto. Bofetadas, golpes, insultos, escupitajos. Así es el sexo hoy en día”, ha asegurado.
Anderson firmó a finales de agosto un artículo publicado en The Wall Street Journal en el que, junto al rabino Shmuley Boteach, animaba a los lectores a comprometerse contra el porno. El escrito fue objeto de polémica en EEUU.