Salvatore Benintende (TVBOY)

Salvatore Benintende (TVBOY) TVBOY

Artes

Salvatore Benintende (TVBoy): " El arte es bello porque permite que cada uno lo interprete a su manera"

El artista italiano, afincado en Barcelona, usa el paisaje urbano como escenario para sus obras, a través de las cuales reivindica ideas y valores como la libertad o el respeto a los demás

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Muy probablemente el nombre de Salvatore Benintende no diga mucho a los lectores, pero si les hablamos de TVBoy la cosa cambia radicalmente. Afincado en Barcelona, este artista nacido en Palermo y formado en Milán, es uno de los máximos exponentes del arte urbano. Autor de dibujos tan emblemáticos como el de Messi y Ronaldo dándose un beso, el de Rosalía retratada como una santa, el de Georgia Meloni con un niño negro en brazos y con un bolso con el logotipo de Save the children o el de una niña vestida con los colores de Ucrania frente a un militar armado, TVBoy entiende el arte desde un firme compromiso con su tiempo. A través de sus dibujos no solo nos cuenta el presente, sino que lo narra desde una posición crítica. Sus dibujos denuncian la homofobia, el racismo, la guerra, los abusos a los más débiles y reivindican valores como la libertad y el respeto. Ha expuesto en Milán y en el Hub de Barcelona al mismo tiempo que ha llevado su street art hasta los muros de una Ucrania bombardeada. 

¿Graffiti o street art?

En general en los periódicos se utiliza un término u otro dependiendo de quien escribe. Si queremos ser precisos, el graffiti tiene que ver sobre todo con la tipografía y casi siempre está firmado. Proviene principalmente de la Nueva York de los años ochenta. Yo me siento, sin embargo, más identificado con el street art o arte urbano en cuanto me considero un artista en términos generales. Es cierto que trabajo mucho en la calle y que son muchos los que me conocen por mis murales, pero trabajo también sobre tela, hago escultura y también diseño. Diría que me siento un artista contemporáneo en cuanto a que estoy vivo y, por tanto, soy contemporáneo a este tiempo. 

TVBOY

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Si no equivoco su acercamiento al arte llegó en Milán, donde estudió.

Sí y no. Yo soy de Palermo y mi padre era profesor en la academia de arte de la ciudad. Luego, tiempo después, nos trasladamos a Milán, pero mi primer contacto con el arte fue en casa, a través de mi padre. Crecí rodeado de sus dibujos. Cuando tenía seis años, tuve la varicela y estuve encerrado en casa durante dos semanas, así que para distraerme mi padre pintó las paredes de mi habitación con unos murales de animales. A mí me encantaban los animales, por eso mi padre me pintó iguanas, hienas, cabras, serpientes…Ese mural me fascinaba. Creo que mi pasión por el arte viene de mi padre. De hecho, recuerdo que mi primer graffiti lo hice con un espray para coches; no existían otros y eran de bajísima calidad. Tendría unos seis años; fue en el campo, en casa de mi abuelo. Dibujé un sol con gafas de sol que fumaba un cigarrillo.

Así que usted ha dibujado desde que era niño.

Sí, por esa influencia de mi padre. Yo no he estudiado Bellas Artes; en parte porque mi padre no quería que hiciera el liceo artístico [el equivalente al bachillerato español] ni tampoco que fuera a la academia. Siempre me decía que sus estudiantes de la academia perdían la pasión a lo largo de sus estudios porque en estas escuelas te encuentras profesores que te dicen cómo tienes que pintar y que quieren que pintes como ellos dicen.Hice el liceo científico y luego me inscribí en diseño industrial en la universidad politécnica. Ahí aprendí a hacer páginas web, a maquetar. A raíz de estos estudios pude trabajar durante muchos años como gráfico en una revista de skateboard y de snowboard aquí en Barcelona, donde llegué en 2005. Además, siempre me ha gustado dibujar viñetas y crear cómics; yo era el alumno de la última fila que hacía las caricaturas de los profesores. Me apasiona dibujar y siempre lo he hecho por pasión.

Primavera Sound (2018)

Primavera Sound (2018)

Seguro que algo le aportaría su paso por la universidad politécnica.

Ahí aprendí a pensar el arte como un proyector. Con mis obras lo que intento es comunicar ideas. Cuando creo pienso en qué quiero decir, en cómo lo quiero decir y dónde lo quiero decir. Hay algo en esto de comunicación publicitaria, pero yo nunca he hecho publicidad, aunque sí comunicación gráfica y esto me influye a la hora de transmitir una idea a través de una imagen. Esto es precisamente lo que busco.

En una entrevista comentaba su interés por los grandes artistas italianos. Recuerdo que citaba a Caravaggio.

Indudablemente, para los que nos dedicamos al arte urbano los grandes nombres son Keith Haring y Jean-Michel Basquiat, pero hay más y no necesariamente fuera de Italia. Lo que pasa es en Italia nos gusta demasiado lo que viene de fuera, miramos siempre lo que hacen los otros… Yo he nacido y he crecido en Italia y mi bagaje artístico y cultural se lo debo en gran medida a Italia, así que quise volver a estudiar el Renacimiento y el Barroco, a figuras como Caravaggio que me apasiona, como también lo hace un pintor como Zurbarán. De hecho, también regresé a la gran pintura española, interesándome especialmente por artistas como El Greco o Velázquez. No los estudié por obligación, sino por interés y por pasión hacia su pintura, que terminó influyéndome. De hecho, cuando pinté a Santa Rosalía me inspiraré en la iconografía barroca. Es importante tener tus referencias artísticas en tu propia casa para algo más que no sea solo para contemplarlas. Obviamente el arte norteamericano y el pop art han influenciado mi trabajo, pero no me quiero limitar únicamente a estas referencias o modelos.

Stand for Hope (2023)

Stand for Hope (2023)

Además, diría que es casi imposible innovar o buscar un camino propio sin conocer de dónde se viene, la tradición, en este caso, pictórica.

Por esto en mi obra hay muchos guiños. En la exposición que hice en el Hub de Barcelona, por ejemplo, se podía ver una actualización de la joven con el pendiente de perla de Veermer. La volví a retratar, pero con un móvil en la mano. Y lo mismo hice con las Meninas de Velázquez, al dibujar al rey emérito saliendo de la puerta de emergencia, con la Mona Lisa, a quien retraté abrazada a Leonardo Da Vinci o con La creación de Adán, que reinterpreté retratando Adán hablando por teléfono y pidiéndole a Dios que espere porque está ocupado. Quizás, de mis representaciones más polémicas, puesto que parte del poder eclesiástico se sintió ofendido, fue la de la última cena. Puse a Jesús y a sus discípulos cenando en un McDonalds. A mí me interesa que mi arte hable de nuestros días, de lo que pasa. Estoy siempre tan atento a las noticias, a la actualidad, porque a través de mi obra me gustaría dejar un documento que sirva para los que vendrán después. Y de lo que me he dado cuenta a lo largo de este tiempo es que mientras hay figuras, incluso muy conocidas, que son pasajeras, que pasan de moda, lo que queda son los grandes temas, que son los universales. Por esto, me interesa ahora realizar obras en las que no aparezcan representadas figuras reconocibles. No es necesario.

¿En qué sentido no es necesario?

Si yo dibujo la Estatua de la Libertad cogiendo las maletas para irse me estoy refiriendo claramente a Trump y a lo que está haciendo en Estados Unidos, pero sin mencionarlo ni representarlo. Al inicio de mi carrera recurría mucho a la representación de figuras conocidas para llamar la atención. Si dibujo a Messi y a Ronaldo todos los reconocen. Yo los dibujé dándose un beso; habrá quien delante de este dibujo se ría y habrá quien entienda que tras este beso existe un discurso crítico contra la homofobia en el fútbol. De lo que no hay duda es que representar a famosos me ayudó a darme a conocer y, de hecho, el beso entre Messi y Ronaldo fue mi primer trabajo que se hizo viral. Ahora, tiempo después, lo que quiero es transmitir ese mismo discurso y esas mismas ideas, pero sin representar a dos futbolistas famosos, porque creo que de esta manera la obra tendrá una perdurabilidad mayor y una mayor universalidad.

Messi & Ronaldo (20217)

Messi & Ronaldo (20217)

¿Se hartó de que lo asociaran con los besos?

Sí, bastante, porque llegó un momento en que se me conocía como el artista de los besos y la gente me los pedía. ¿Por qué no haces a Piqué y a Shakira besándose?, preguntas así eran constantes, así que me harté. Además, un artista debe ser capaz de hacer cosas distintas. Es cierto que el beso es mi marca de fábrica y, de hecho, no excluyo volver a trabajar sobre él, pero lo entendiendo como metáfora. Por ejemplo, el beso entre el ángel y el diablo alude al mal que todos tenemos dentro, a las contradicciones que nos definen a todos. 

-La figuración es solo un nivel interpretativo en su obra. Luego está el nivel metafórico.

No hablaría solo de dos niveles, sino de más, porque hay más de dos lecturas. Me explico: cuando hubo la exposición en el Hub, decidí entremezclarme con los visitantes. Como siempre voy tapado, nadie me reconocía, así que podía acercarme a los visitantes y escuchar lo que comentaban. Y cada uno interpretaba mis obras de manera distinta y todos acertaban, porque no hay una lectura correcta. El arte es bello precisamente por esto, porque permite que cada uno lo interprete a su manera. El espectador proyecta en la obra de arte su experiencia, lo que ha vivido. Ninguna obra de arte debe ser explicada, porque si la explicas la matas, porque cada uno tiene que ver ahí lo quiera ver. Me desagrada cuando voy al MACBA y veo esas instalaciones de arte conceptual: son tan conceptuales que te tienen que poner un texto para explicarte de qué van y qué significan. Para mí, el verdadero arte es el que no requiere explicaciones, el que emociona, el que no te hace sentir ignorante. Porque este tipo de instalaciones tan conceptuales juegan con una presunción de inteligencia y, por tanto, si tú no entiendes lo que estás viendo eres inferior, pues no comprendes lo que el artista quiere comunicar. Y como no lo comprendes te ponen un texto que te lo explica.

París

París

Y, sin embargo, el primer propósito del arte, especialmente el religioso, fue llegar a gente analfabeta. A través del arte se contaban historias o se narraba su tiempo.

Si te fijas en el impresionismo francés, te darás cuenta de que las obras representaban la vida de aquella época; en los cuadros impresionistas se representan los lugares de reuniones, a las personas juntas, comiendo, bailando… Son obras que cuentan un periodo histórico. Por otro lado, si nos fijamos en el Guernica, nos damos cuenta de que aquello que ahí se nos muestra no es tan diferente a lo que está sucediendo en Gaza. Y por esto, en el Museo Picasso de Málaga, retraté a Picasso dibujando el Guernica, solo que escribí sobre sobre el cuadro Gaza. Si hay obras de arte que son eternas, como esta de Picasso, es porque el dolor, el sufrimiento de los más humildes, de los últimos, de aquellos que padecen la guerra no termina nunca, sino que se repite. 

Hay heridas que no se cierran. Esto explicaría que su retrato del juez antimafia Borsellino fuera atacado. 

Es cierto, pero también hay que decir que, después de aquello, sucedió algo precioso. Se ha cerrado un ciclo, un capítulo dentro de la historia que comenzó con mis retratos de Falcone y Borsellino en Palermo. Estos dos retratos fueron destrozados, pero no solo. Después de retratar a Falcone recibí una denuncia por parte de la policía de Palermo que me exigía una autorización para hacer ese mural, un permiso que yo no tenía y que solicitaban porque había pintado cerca de la fachada de una iglesia. Tras recibir la denuncia, el retrato fue atacado como también lo fue el otro, y de manera atroz: a Borsellino le arrancaron literalmente los ojos. Este verano volví a Palermo y restauré los dos dibujos, pero lo importante no es esto. Lo importante es que algo ha cambiado cuando la ciudad de Palermo decidió protegerlos con un plexiglass. Son dos obras que hice sin autorización, pero la ciudad ha reconocido su valor, ha asumido el valor de la street art. Esto me provoca una sensación extraña, porque yo soy un artista que dibujo sin pedir permiso y luego va y le ponen plexiglass a mis obras. Creo que han tomado la decisión correcta: Falcone y Borsellino son de todos, sobre todo, de los palermitanos. 

God is a women (2022)

God is a women (2022)

Cuando le dieron en 2018 el Premio Satira, junto a Roberto Benigni, este señaló que el arte urbano era hoy en día el espacio de la sátira y que en Italia no se reconocía como merecía el street art. ¿Comparte estas opiniones?

Ese fue uno de los días más felices de mi vida. ¡No sé cuántas veces habré visto La vida es bella! Es una película que siempre he adorado porque consigue expresar conceptos fuertes con ironía. Para mí fue un honor ser reconocido junto a Benigni. Por entonces se me consideraba como un artista que hacía sátira no en las viñetas de los periódicos ni en programas de televisión, sino en los murales. Así que se me tachaba de artista satírico. Me premiaron justo después de dibujar a Salvini besándose con Di Maio. Es cierto que en muchos de mis trabajos ironizo en torno a cuanto sucede en la sociedad y me gusta más que definan mi arte como satírica antes que política.  Yo no hago propaganda de ningún partido. Hago un arte que quiere poner en discusión determinadas ideas.

-Y sobre el reconocimiento, ¿qué me dice?

Italia te reconoce solo cuando haces algo fuera del país. Cuando tenía veinticinco años me instalé en Barcelona, donde comencé a tener éxito. Fue a raíz de esto que en Italia comenzaron a reconocer mi trabajo. Ya se sabe, nadie es profeta en su tierra. De todas maneras, es importante que el artista salga de su zona de confort. Habitar otra cultura te ayuda a encontrar la inspiración. Cuando comencé a darme cuenta de que la percepción en torno a mi obra cambiaba fue en 2021, con la exposición que hice en Milán. Hasta entonces la prensa me había considerado un simple grafitero, pero a partir de ahí la cosa cambió y TVBoy comenzó a ser considerado un artista contemporáneo. La expo tuvo 40.000 visitantes y fue muy bien acogida por una crítica. Después de aquello vino la del Hub de Barcelona, que también me reforzó como artista.

¿Entrar en un museo implica ser considerado un artista?

Sí, el museo de un valor añadido. Y tiene algo de contradictorio, puesto que yo soy de aquellos que consideran que una obra tiene valor independientemente de si está hecha en papel o en una pared de la calle. Sin embargo, en este mundo el museo funciona como una especie de academia que finalmente te acepta y te considera de los suyos.

Algunos de sus dibujos han sido subastados.

Yo no estoy, en realidad, en el mercado de las subastas. Entré en las subastas sin saberlo. Una persona había cogido el dibujo del beso entre Messi y Ronaldo que había hecho en el Paseo de gracia, en una puerta de vidro. Dos años más tarde me escribieron diciéndome que mi obra iba a ser subastada y que necesitaban el certificado de autenticidad. Yo no lo hice, pero no pasó nada, porque en internet había fotos y artículos que decían que aquella obra la había hecho yo. No he entrado ni quiero entrar en el mundo de las subastas porque no me gusta. Estoy contento si mis obras tienen un valor económico, pero yo no las hago para especular. Son muchos los artistas creados con el apoyo de los galeristas, que son los que deciden qué artistas valen millones y cuáles no. Pienso en Damien Hirst; fueron unos galeristas los que decidieron que debía valer millones. El mundo del arte está hinchado. Hay carreras artísticas prediseñadas para vender sus obras a precios estratosféricos. 

TVBOY

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¿Barcelona, es una ciudad a la que le gusta el street art?

Recuerdo la primera vez que vine. Era el 2004. Había una comunidad de street art muy importante. Barcelona era la meca de los graffitis y venían artistas de todo el mundo a pintar aquí, porque se aceptaba. Nombres como Miss Van, Pez, El xupet negre o La mano constituían la escena grafitera de la ciudad, al principio muy potente y que, en mi opinión, con el tiempo fue yendo a menos. Sin embargo, ahora al pasear por la ciudad me doy cuenta de que se están haciendo murales maravillosos, algunos incluso comisionados por distintas instituciones. Esto me hace creer que hay una nueva generación de artistas urbanos. Comparado con Italia, Barcelona es más salvaje y, por tanto, más libre. Si embargo, también hay que decir que en Italia hace unos pocos años nació una especie de movimiento de arte urbano muy politizado y con un fuerte compromiso social. Esto en Italia es nuevo, puesto que no teníamos artistas que hablaran de Meloni o de Trump, pero ahora sí que encontramos un arte urbano de este tipo y que creo que, en cierta manera, yo he inspirado con mi trabajo.

¿Qué camino quiere tomar ahora usted?

Para mí estar un momento de crisis creativa es algo positivo, porque me hace darme cuenta de todo lo que he hecho y me empuja a no repetirme y buscar cosas nuevas. En esta búsqueda estoy. Lo que pretendo es encontrar la manera de hacer esa obra de arte que no pase nunca de moda, que sea vigente. Cuando termino un cuadro lo primero que me planteo es si después de diez, veinte o treinta años ese dibujo seguirá interpelándonos y, por tanto, seguirá siendo válido y teniendo sentido. Todo artista  tiene que moverse, viajar y, sobre todo, salir de su zona de confort. El artista corre el riesgo de convertirse en una marca; en parte esto es lo que exige el mercado. Esto hace que termine repitiéndoseo, a hacer siempre lo mismo y lo que le exigen. Sin embargo, para mí ser artista no es esto; implica crear y que el espectador con solo mirar una obra tuya te reconozca por el estilo, no por la firma o gracias a un elemento repetido. Lo que busco es tener un estilo tan fuerte que se reconozcan a simple vista mis obras.