El fotógrafo Ferran Freixa ha muerto a los 70 años junto a su familia "tras una larga enfermedad", en su casa de Sant Vicenç de Montalt (Barcelona). El autor destacó por "el arte del detalle y el equilibrio compositivo, con una mirada singular y única", que le permitieron desarrollar una obra melancólica y lírica sobre el paso del tiempo.
En 1969 se inició profesionalmente en el mundo de la fotografía y el diseño gráfico y llegó a ser "uno de los máximos exponentes" de la generación de fotógrafos catalanes de los 70, que constituyeron una segunda vanguardia fotográfica. Además, Freixa se hizo célebre por inmortalizar el Liceu tras el incendio que calcinó el teatro de la ópera en 1994.
Su obra
Sus fotografías forman parte de colecciones públicas y privadas como el fondo de arte y la colección nacional de fotografía de la Generalitat de Cataluña acogida en el Museu Nacional d'Art de Catalunya, Fundació Miró, Museu d'Art de Girona, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Institut Valencià d'Art Modern, Museo Español de Arte Contemporáneo, Bibliothèque Nationale de París, Musée d'Art et d'Histoire de Fribourg de Suiza, Fundación Foto Colectania de Barcelona, Universidad de Salamanca, Fundación Cultural Televisa de México, Fundación Noesis de Barcelona, Colección Gabriel Cualladó, Archivo del Territorio Histórico de Álava, y Colección privada Ordóñez- Falcón, entre otras.
El Museu Nacional d'Art de Catalunya (Mnac) ha mostrado su conmoción por la muerte de este fotógrafo "extraordinario, de la poética y la intimidad de los objetos y las escenas cotidianas, uno de los referentes imprescindibles de la fotografía creativa catalana".