Fue en el año 2018 cuando la familia de Antoni Campañà encontró por azar la ahora conocida como “la caja roja”, la cual contenía más de 5.000 fotografías inéditas de la guerra civil española, todavía en negativos, que su autor había decidido guardar para siempre, pero que ahora se podrán admirar en la nueva exposición del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) hasta el 18 de julio.
Para el comisario de la exposición y nieto del fotógrafo, Toni Monné, el hecho de que Campañà decidiera ocultar estas imágenes “nos relata como sociedad”, afirma. “Son imágenes muy particulares, porque nos incomodan”, coincide el también comisario y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona Arnau González Vilalta.
La guerra total
Si en algo coinciden los comisarios es en que, a diferencia de otros fotógrafos, Campañà retrató los estragos de la guerra desde una perspectiva prácticamente neutral, ya que mostraba el desgarramiento del país por parte de ambos bandos. “Con algunas fotos estarás de acuerdo según la ideología, pero entonces habrá otras que quizá no te gusten”, señala Monné.
“Es el retrato completo del drama durante esos tres años”, añade. En la exposición se podrán observar desde iglesias quemadas por los republicanos, así como soldados del Tercer Reich desfilando por la Diagonal. No obstante, a pesar de la equidistancia que propone el fotógrafo, las imágenes “obligan a tomar partido”, asegura Monné.
Manipulación y decepción
Pero la gran pregunta es ¿por qué ocultar un archivo tan rico? La respuesta de su nieto es tajante: “Era una época que no quería recordar”. Sus fotos fueron utilizadas en su momento por ambos bandos, los anarquistas las convirtieron en postales, mientras que desde el bando nacional, en algunos casos, las utilizaron para identificar y represaliar.
Monné explica que en la exposición la manipulación es una parte esencial en la obra, aunque esta se presenta de diferentes maneras. Campañà, al inicio de su trayectoria, intervenía sus imágenes en su época de fotógrafo artístico: sumaba nubes o fondos que no aparecían en las imágenes originales. Sin embargo, durante la guerra, esta intervención desaparece, pero la manipulación que hicieron de ella ambos bandos fue definitiva para decidir ocultar aquel archivo.
Un siglo de Barcelona
Pero más allá de la guerra, las fotografías de Campañà son de un gran valor para reconstruir casi por completo el siglo XX. “Hay fotografías desde los años 20 hasta la década de los 80, es el relato de Barcelona y Cataluña”, afirma otro de los comisarios de la exposición, Plàcid Garcia-Planas.
Desde imágenes rurales, pasando por la llegada de los primeros turistas, las labores en la Seat o el fútbol, la exposición logra mostrar la transformación de toda una sociedad durante casi 60 años, pero que al mismo tiempo busca que el espectador la observe con ojos del presente. Monné vuelve sobre las fotos de la Guerra Civil y concluye: “Podrían ser fotos de cualquier conflicto actual”. En definitiva, la guerra infinita.