“Esperaba con toda la paciencia del mundo que unas gallinas se acercaran a una niña en ese particular escenario cuando, al fondo, vi un caballo revolcarse en la arena. Salí corriendo, me olvidé de la niña y de todo y pude fotografiar las dos últimas vueltas. El caballo era muy blanco y destacaba sobre el atardecer. Había participado en los tiroteos a la carrera y disfrutaba de su libertad”. Cristina García Rodero relata así lo que sucedió mientras realizaba un encargo sobre Almería en los decorados cinematográficos del desierto de Tabernas. Ese “instante decisivo” del que hablaba Cartier-Bresson.

Para Chema Madoz ese momento crucial bebe del paso del tiempo, de la constante curiosidad y de la observación. Es su particular forma de entender y plasmar lo cotidiano. Esto es lo que refleja la fotografía en la que aparece su padre. “Me acuerdo que cuando era pequeño visitaba a mi padre en su trabajo, siempre me llamaba la atención que alguno de sus compañeros llevaba un pañuelo en el bolsillo de la americana del que aparecían tres picos. Yo miraba extrañado aquel detalle geométrico y por más vueltas que le daba, aquello siempre me pareció un misterio. ¿Harían trucos de magia?”

Tríptico fotográfico de Chema Madoz

A Leopoldo Pomés no le importaba lo repentino e inesperado que fuera el momento si la luz era la que esperaba para capturar el instante, cuenta Karin Leiz, la protagonista de Imagen Blanca, tomada en el verano de 1959 en las playas de Castelldefels.

La década de los 80 en Madrid fue el caldo de cultivo de la producción del fotógrafo Miguel Trillo. El cronista de la Movida madrileña retrató a muchos de sus personajes en un ejercicio, casi antropológico, de documentación de tribus urbanas. En 1988 retrata en la puerta del disco-bar Tránsito Sur de Vallecas a dos parejas de B-boys y B-girls. Un retrato que no irrumpe en la intimidad del momento. “Esa ha sido mi especialidad. Hacerme cercano, inapreciable en las distancias cortas”, cuenta Trillo.

 

 

Fundación Foto Colectania / YT

Otros relatos no son tan amables. Gervasio Sánchez lleva décadas recorriendo el mundo de conflicto en conflicto. En diciembre de 1996 fotografía en el Centro Ortopédico de Battambang de Camboya a cinco hombres mutilados, sentados juntos en un mismo banco, víctimas de las minas antipersonas. Tres de ellos eran civiles y los otros dos militares, uno un jemer rojo, el otro un miembro del ejército camboyano. El destino es irónico. “Las guerras igualan a los combatientes que son usados como carne de cañón”, apunta.

Sin título, serie Domingos, 1996© Xavier Ribas

Unos viejos zapatos de trabajo comprados en un mercadillo sirvieron a Van Gogh para pintar una serie de cinco lienzos conocidos como Les Souliers (Un par de botas). Jean Marie del Moral recordó este cuadro mientras su atención se centraba en los zapatos manchados de blanco de Miquel Barceló. Estaban en plena sesión de fotos en el estudio parisino del artista mallorquín en 2013. Una historia detrás de otra historia. Una suerte de circunstancias hilvanadas. La dinámica de la vida y también del arte.

La fotógrafa y artista lisboeta Helena Almeida utilizaba su propio cuerpo como herramienta y objeto de trabajo. “Mi obra es mi cuerpo, mi cuerpo es mi obra”, decía.

Historias reales

Cristina de Middel reinterpreta situaciones reales añadiendo su particular visión. La independencia de Zambia, en 1964, y el afán de este país africano por sumarse a la carrera espacial, enviando a la Luna diez gatos y doce astronautas, están en el germen de uno los trabajos más célebres de la fotógrafa alicantina: Afronautas (2011)

De todo esto trata Basado en historias reales. Colección Foto Colectania, la exposición que se podrá ver en la sede de la fundación, en el céntrico paseo Picasso 14, hasta el próximo 28 de febrero. La crónica que hay tras cada toma, generalmente desconocida, es el hilo argumental de esta interesante propuesta, compuesta por más de un centenar de obras firmadas por Cristina García Rodero, Pilar Aymerich, Colita, Isabel Muñoz, Joan Colom, Cristina de Middel, Alberto García-Alix, Chema Madoz, Francisco Ontañón, Txema Salvans, Xavier Miserachs, Ramón Masats, Nicolás Muller, Leopoldo Pomés, Toni Catany, Gervasio Sánchez, Miguel Trillo o Manolo Laguillo por citar solo algunos.

Portfolio Circo, 1960© Virxilio Viéitez

El recorrido se ha estructurado en cuatro ámbitos temáticos. Álbum Personal, La otra historia de las fotografías, un tercer espació en el que se enfrentan Paisajes reales y Paisajes Imaginados y, por último, Historias construidas. Como novedad un código QR conectará cada instantánea con información adicional contenida en la página web de la colección, generándose de este modo una experiencia más completa e inmersiva.

Todas las imágenes presentes proceden de los propios fondos de esta entidad sin ánimo de lucro, creada en Barcelona en 2001, con el propósito de difundir y promocionar la fotografía en cualquier ámbito. Más de 3.000 obras, de autores españoles y portugueses, abalan esta labor que les ha posicionado como un centro de referencia y en uno de los puntos de encuentro más vibrantes de la ciudad.

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