Los amantes del arte están de enhorabuena. La Fundación Joan Miró ha vuelto a abrir sus puertas, esta vez con algunos cambios en su normativa de acceso y con horarios y precios especiales para motivar al público a regresar y empaparse de las mejores obras. Con un ERTE todavía vigente y una subvención de 500.000 euros en camino, este espacio cultural se recupera de una situación económica difícil tras los meses de confinamiento, aunque con buenas perspectivas para el futuro.
Algunas de sus novedades, con las que tratan de incentivar a los visitantes, pasan por ofrecer entradas a siete euros y un autobús lanzadera que parte desde Plaza de España hasta la puerta de la Fundación. En su espacio, se puede seguir disfrutando de las mejores obras de arte, además de actividades enfocadas al respeto al medioambiente y al bienestar personal, como actividades de naturaleza o yoga. Fue el 13 de marzo cuando anunciaron su cierre debido a la situación actual, regresando el 12 de junio.
Precios
Uno de los grandes cambios que se están aplicando en la sociedad post-covid son los controles de aforo y regulación de horarios y accesos. La Fundación Joan Miró ha fijado un precio de 13 euros para la entrada regular de adultos. En algunos cambios conlleva reducciones. Por ejemplo, se pagará 7 euros en caso de ser estudiante o mayor de 65 años, y será totalmente gratuito para los menores de 15 años, los parados, los amigos de la Fundación o aquellos que tengan un pase anual en su propiedad.
El pase anual tiene un precio de tan solo 14 euros y permite visitar el espacio todas las veces que se quiera, en un año. En el caso de querer visitar solo una exposición temporal, el precio de la entrada es de 7 euros para adultos y 5 euros para los casos anteriormente mencionados. Las entradas se deben reservar en línea, indicando el día de asistencia para poder controlar aforos y, por el momento, no están permitidas las reservas de grupo. Como se ha indicado anteriormente, también ofrecen autobús gratuito desde Plaza de España.
Horarios y exposiciones
En su página web, la Fundación Joan Miró afirma que han preguntado a sus visitantes cuál es el horario preferido y han adaptado su apertura a este interés. En concreto, durante el verano 2020 y hasta próximo aviso, se podrá visitar los viernes, sábados y domingos en horario de 11.00h a 19.00h. Además de esta restricción horaria, también aplicarán restricciones en aforo, permitiendo el acceso a 380 personas como máximo, cuando su aforo habitual era de 1.200 personas.
Espacios naturales / Pep Herrero EN FUNDACIÓ JOAN MIRÓ
En esta reapertura, además de contar con las habituales colecciones permanentes, también la exposición temporal de la artista india Nalini Malami, que lleva por nombre No me oyes, y que estará en la Fundación hasta el 29 de noviembre de 2020. Los asistentes tendrán la ocasión de descubrir una colección de obras de la artista, centradas en el feminismo, la violencia de género y la denuncia de las situaciones injustas. Además de sus pinturas, también ha creado dibujos exclusivos para las parejas de este lugar.
Qué hacer en la Fundación Joan Miró
Este espacio cultural contiene más de 10.000 pinturas, esculturas, dibujos, tapices y bocetos y está centrado especialmente en la obra del catalán Joan Miró, aunque se intercala con el arte de otros artistas, como Pierre Alechinsky, Anthony Caro, Marcel Duchamp, André Masson, Robert Motherwell o Balthus. Además, en los meses de julio, septiembre y octubre, otro buen plan para hacer en este lugar es acudir a sus clases de yoga, donde se combinan sesiones de yoga y comentarios de sus obras relacionadas.
Vistas panorámicas a todo Barcelona desde la Fundación Joan Miró / INSTAGRAM
La Naturaleza también forma parte de este espacio cultural, donde se puede disfrutar del binomio arte-naturaleza. Se invita al visitante a descubrir criaturas fantásticas en los árboles que forman parte de la Fundación, pero también a caminar entre sus jardines y admirar la plenitud de la vida. En ella también se encuentra el arte. La elección de Montjuic para situar este escenario no fue arbitraria y es que precisamente se quería conseguir esta conexión entre las piezas de arte creadas por el hombre y la majestuosidad y la paz de los espacios naturales.