A nivel arquitectónico, algunas de las iglesias que se encuentran repartidas a lo largo de todo el territorio catalán suponen uno de los principales atractivos para todos los amantes de la historia y la arquitectura. Estas construcciones son el claro de ejemplo de la importancia que la religión tuvo en el desarrollo de la cultura de la sociedad española.
El santuario de Montferri o la catedral de la Seu Vella son solo dos ejemplos de diferentes construcciones que, pese a no gozar de la notoriedad con la que cuentan otros espacios más reconocidos, desprenden una gran belleza a todos sus visitantes. Estas son algunas de las iglesias más bonitas de la región.
Santuario de Montserrat de Montferri
En el año 1926, en la comarca del Alt Camp se iniciaba la construcción de una de las iglesias que, con el paso del tiempo, iba a cobrar una especial relevancia. Se trata del Santuario de Montserrat de Montferri y, pese a que su construcción estuvo paralizada unos cuantos años a consecuencia de la falta de fondos, fue en el año 1987 cuando se pudieron finalizar las obras por completo.
El santuario está ubicado en plena naturaleza, en lo alto de un pequeño monte que lo hace visible a kilómetros de distancia. Cuenta con tres atractivos principales a nivel arquitectónico: por un lado, la forma geométrica de las torres de su fachada, que recuerdan a las montañas de Montserrat. Por otro, las cristaleras de su interior, que permiten que la luz natural sea una de las protagonistas del interior del espacio. Y, en último lugar, la escalinata principal que se encuentra en la entrada al templo, de gran legado arquitectónico.
Santa María del Mar
Santa María del Mar es uno de los templos religiosos más visitados en España. Su importancia es tal que incluso cuenta con un libro en el que se detalla al máximo toda su construcción. La catedral se encuentra ubicada en pleno corazón de la ciudad de Barcelona, un aspecto que provoca que se cuenten por miles las personas que tratan de acceder a su interior de manera diaria.
Las columnas de su interior, las vidrieras o el espacio en el que se asienta el altar son algunos de los principales motivos que provocan que la visita valga la pena. Santa María del Mar es una de las pocas basílicas menores de Barcelona, un título que le fue otorgado por el papa Pío XI.
Santa María de Castelló d'Empuries
Tras la catedral de Girona, Santa María de Castelló d'Empúries es considerada como la segunda iglesia más importante de la provincia de Girona. Su principal atractivo es que al estar construida sobre una antigua iglesia románica, su fachada todavía conserva muchos elementos de esta corriente de construcción.
A nivel arquitectónico, la Santa María de Castelló d'Empúries destaca especialmente por su tamaño, con unas medidas propias de una catedral principal. Además, en su interior es posible disfrutar de diferentes elementos de gran belleza, como su característico órgano o el retablo con el que cuenta.
Catedral de Girona
La catedral de Girona es uno de los edificios religiosos más conocidos de la provincia de Girona. Su visita es toda una experiencia, ya que para acceder a ella hay que travesar el casco antiguo de la ciudad, que provoca una experiencia única digna de admirar. Fue construida entre los siglos XI y XVIII, con especial atención a su fachada barroca, centro de todas las miradas.
Su nave principal tiene 23 metros de ancho, una cifra únicamente superada por la basílica de San Pedro del Vaticano en todo el mundo. Un tamaño que demuestra la importancia de esta construcción y la notoriedad que tiene con respecto al resto de construcciones similares. Con el tiempo, la catedral de Girona se ha convertido en uno de los puntos de la ciudad más dinámicos, convertido en uno de los lugares más transitados, tanto por los visitantes de la ciudad como por los propios vecinos de ésta.
Catedral de la Seu Vella
La catedral de la Seu Vella, en Lleida, ha tenido un importante impacto en el desarrollo de la ciudad. Su construcción comenzó en el siglo XIII, pero debido a diferentes problemas que fueron surgiendo a lo largo de los años, no terminó hasta el siglo XV.
Su estratégica ubicación provocó que en el año 1707 los militares se asentarán en su interior con el objetivo de proteger al pueblo catalán. Uno de sus principales atractivos es el claustro interior, construido entre los siglos XII y XIV.