La localidad barcelonesa de Sant Cugat del Vallés inauguró el pasado mes de junio el primer Museo del Cómic de Cataluña. Éste se sitúa en un edificio del Siglo XIX ubicado en la plaza Pep Ventura que inicialmente había servido como sede del antiguo Ateneu pero que, en la actualidad, servirá como lugar de reunión para todos los amantes de este género literario de la región catalana.
Este nuevo emplazamiento contará con publicaciones comprendidas entre los años 1850 y 2000. Inicialmente, su catálogo se compondrá de un total de 20.000 ejemplares de TBO, 3.000 colecciones de multitud de géneros y un total de 2.000 planchas de dibujos originales, tal y como anunció en un comunicado el ayuntamiento de la ciudad los días previos a la apertura de este nuevo museo.
Una extensión de 500 metros
El espacio tendrá una extensión total de 500 metros cuadrados y ha sido resultado de una iniciativa privada promovida a partir de tres de los coleccionistas de cómic más importantes dentro del territorio nacional: Paco Baena, José María Delhom y José Luis Villanueva.
Para su apertura, el ayuntamiento, de la mano de estos coleccionistas, ha logrado reunir el que es considerado el primer cómic que se publicó en España en el año 1845, además del primer TBO en Barcelona, bautizado En Caricatura y publicado en el año 1865.
Un repaso cronológico
Desde el año 1850 hasta el 2000, el museo inicia un recorrido cronológico en el que analiza las principales obras que este sector ha tenido a lo largo de los últimos años. Por ello, los visitantes podrán conocer de primera mano los dibujos de algunos de los artistas más famosos, como Apeles Mestres, Paco Roca, Jesús Blanco o Ibáñez, entre muchos otros.
A lo largo de esta retrospectiva, todos los interesados podrán disfrutar de la evolución de algunos de los artistas, y sus personajes, a lo largo de toda la historia. Una serie de ejemplares y de colecciones que comenzaron con una naturaleza adulta pero que, de manera progresiva, fueron deslizándose hacia un universo mucho más infantil. Además, una gran cantidad de cómic mostrarán sus dos versiones: la original y la más actual. De esta manera, los lectores podrán conocer de primera mano cómo ha sido la evolución de algunas de sus piezas favoritas.
Un proyecto de muchos años
Pese a que el proyecto ha centrado una gran cantidad de atención durante los últimos meses, la realidad es que lleva ya unos cuantos años planificado por parte de los diversos organismos públicos de la región de Cataluña. Sin embargo, debido a diferentes problemas y contratiempos que han ido surgiendo en este tiempo, el primer Museo del Cómic de Cataluña se ha visto como su apertura se ha ido retrasando cada vez más. Llegando, incluso, a la aparición de diferentes rumores que afirmaban su desaparición de los planes de acción por parte del ayuntamiento.
En este sentido, es importante conocer que en un primer momento el ayuntamiento tenía previsto abrir sus puertas en la localidad de Badalona desde el año 2009. Sin embargo, y pese a que inicialmente era un proyecto mucho más ambicioso del que ha sido el resultado final, la realidad es que ha sido la localidad de Sant Cugat del Vallés la que, tras mucho esfuerzo, ha logrado abrir sus puertas y acoger este proyecto. A destacar, además, que su apertura ha sido posible gracias, en un alto porcentaje, a la iniciativa privada de los tres coleccionistas mencionados anteriormente, que han tenido que hacer frente a una gran cantidad de gastos relacionados con la apertura de puertas del museo.
Un espacio multifuncional
Pese a que los dos primeros pisos están reservados para la exposición de las diferentes obras que se han conseguido reunir para poder iniciar el proyecto, el Museo del Cómic concentra un amplio espacio dedicado a las conferencias, ponencias y diferentes círculos dedicados al análisis de la evolución de este género literario
Este lugar se encuentra ubicado en la tercera planta del edificio sobre el que se asienta este museo. Una sala de actos pensada para las diferente charlas, presentaciones o talleres. Además de una comicteca y, llama la atención especialmente, la exposición temporal dedicada a Francisco Ibáñez, comisariada por Antoni Guiral.