Solo hicieron falta 14 años para que la escuela se convirtiera en el referente imprescindible de la arquitectura, el arte y el diseño del siglo XX. Viajamos en ferrocarril por las principales sedes de la mítica escuela para visitar algunos de sus edificios más emblemáticos sin las colas de las autopistas ni el estrés de los aeropuertos.

Conocer las ciudades de Bauhaus viajando en tren es una buena opción / Yolanda Cardo

Weimar

En esta monumental ciudad alemana surgió en 1919 la escuela taller de arte y diseño, la Bauhaus, que acabaría siendo uno de los movimientos artísticos más influyentes de la pasada centuria.

Coincidiendo con el centenario, el pasado abril se inauguró el Bauhaus Museum, obra de la arquitecta alemana Heike Hanada. Cinco niveles contenidos en un enorme cubo de hormigón con un depurado diseño que exponen centenares de objetos y documentos procedentes de la colección de la escuela. Muebles, lámparas, pinturas, cerámicas, vestuario, fotografías… piezas firmadas por Mies van der Rohe, Paul Klee, Lyonel Feininger, Marcel Breuer, Alma Siedhoff-Buscher o Peter Keler, entre otros.

Haus Am Horn en Weimar / Yolanda Cardo

Una sensación de nostalgia y emoción se respira en la universidad de Weimar al visitar el que fuera el despacho del fundador y su primer director, o al contemplar los murales que se realizaron para la exposición de 1923. Tenían la finalidad de mostrar a las autoridades, un tanto recelosas del proyecto, los trabajos de la escuela. Precisamente para esta muestra se construyó la Haus Am Horn. Arquitectura Bauhaus en estado puro para un edificio diseñado por Georg Muche y en el que el mismo Gropius colaboró. 

Museo Bauhaus en Weimar / Yolanda Cardo

Weimar fue la incubadora y sede hasta 1925, fecha en que tuvo que trasladarse a Dessau, nuestra próxima parada, debido a la animadversión del nacionalsocialismo. Un mal presagio que marcaría su corta, y aún así, exitosa historia.

Dessau

La ciudad industrial de Dessau fue la elegida para desarrollar este ambicioso proyecto multidisciplinar y racionalista. El legado que dejó en la urbe es hoy su principal reclamo. Aquí se encuentra su edificio más emblemático diseñado por Walter Gropius, la escuela Bauhaus (1925). Casi un siglo después sigue siendo un referente de modernidad y vanguardia. Una construcción que conserva un halo futurista y que supuso la materialización perfecta del método bauhasiano. Las tres alas que componen el edificio fueron el plató de sus mejores años y del periodo más largo y fecundo (1925-1932).

Casas de los Maestros en Dessau / Yolanda Cardo

A escasos metros de allí nos encontramos con otra parada imprescindible, las Casas de los Maestros, diseñadas por Gropius. Cuatro unidades, una de ellas unifamiliar que él mismo ocupó y hoy es centro de interpretación, más tres adosadas. Blancas y de silueta cúbica por fuera, la decoración de su interior varía dependiendo del gusto de sus ilustres inquilinos. Paul Klee, Kandinsky, Georg Muche y Oskar Schlemmer, Lyonel Feininger o el mismísimo Mies van der Rohe fueron algunos de sus moradores. 

Gracias al apoyo y financiación de la ciudad, el legado del movimiento en Dessau es considerable. La antaño Oficina de Empleo Estatal es un interesante edificio circular de ladrillo naranja y techo acristalado en el que la funcionalidad es su eje. O el barrio obrero de Törten.

Antigua Oficina de Empleo en Dessau / Yolanda Cardo

Arquitectura y naturaleza se dan cita en el restaurante Kornhaus, diseñado por Carl Fieger. El establecimiento abrió sus puertas en 1930 a orillas del río Elba y aún está en funcionamiento. Esta valiosa herencia se incrementará con la inauguración, el próximo 8 de septiembre, del Bauhaus Museum Dessau. El estudio barcelonés González Zabala es el responsable del futuro edificio que albergará una colección de piezas procedentes de la institución, cerca de 40.000, la segunda más grande del mundo.  

En 1932 el imparable ascenso del partido nazi desencadenó el cierre de la institución. La escuela se traslada a Berlín. La ciudad será el escenario de su clausura pero también del nacimiento de su éxito. Desde 1996, los edificios Bauhaus de Weimar y Dessau forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Berlín

El periodo de entreguerras fue especialmente convulso en el país germano. La vida de la escuela y el auge del nazismo compartieron cronología.

Con Mies van der Rohe como director, en sustitución de Hannes Meyer al que Gropius pasó el testigo en Dessau, la Bauhaus se traslada a la capital alemana. Apenas permaneció abierta un año, ya que el 11 de abril de 1933 el gobierno ordenó su cierre. Un breve lapso de tiempo que dejaría una gran huella en la arquitectura de la capital. Berlín se convirtió en un lugar para la experimentación urbanística durante los años previos al conflicto mundial y posteriormente, durante la Guerra Fría.

Construidas entre 1924 y 1930, las viviendas de la colonia experimental Schorlemerallee, proyectadas por los hermanos Wassili y Hans Luckhardt y Alfons Ankes, constituyen un ejercicio de “arquitectura moderna” en la naturaleza.

Edificio de Niemeyer en el barrio berlinés de Hansa / Yolanda Cardo

A mayor escala, el barrio de Hansa, en el distrito Tiergarten que fue destruido en la II Guerra Mundial, debe su actual fisonomía a la Interbau de Berlín de 1957. El plan urbanístico reúne viviendas  proyectadas por Oscar Niemeyer, Le Corbusier, Gropius o Alvar Aalto. Grandes bloques que contrastan con las viviendas unifamiliares del arquitecto Eduard Luwig.

Berlín alberga además la que fuera ultima obra de Walter Gropius en la capital, el museo de Diseño y Archivo de la Bauhaus (1979). Actualmente está en plena renovación y la reapertura está prevista para 2020.

Este es un viaje por las ciudades y la historia de Alemania y de Europa. Un gran recorrido en el que los trayectos forman parte de una experiencia única e inolvidable. Quizás la forma más ecológica, práctica y divertida de llevarlo a cabo sea con Interrail Pass. Un billete que nos permite viajar con hasta 38 compañías ferroviarias, incluidos los trenes de alta velocidad y compañías de ferry, en 31 países. La opción perfecta para desplazarnos por estos bellos paisajes como auténticos telespectadores de lujo.

Rotterdam

La última parada de nuestro trayecto es la ciudad holandesa de Rotterdam. La denominada Nieuwe Bouwen, Nueva Construcción, corriente que tuvo su germen en la célebre escuela alemana, dio como resultado magníficos edificios. Los arquitectos Brinkman & Van der Vlugt firman los más representativos: La Van Nelle Factory y la Sonneveld House.

Interior de la casa Sonneveld en Rotterdam / Yolanda Cardo

La primera fue construida entre 1927 y 1930. En origen fue una fábrica de procesamiento y envasado de té, café y tabaco. Un proyecto que se materializó en un ingenioso edificio totalmente innovador de hormigón armado, acero y cristal. Desde 2014 forma parte del Patrimonio de la Unesco.

Interior de la Van Nelle Factory en Rotterdam / Yolanda Cardo

La segunda, la Sonneveld House, construida en 1933, constituye un magnífico ejemplo de vivienda totalmente funcional diseñada para la confortabilidad de sus habitantes. A escasos metros se encuentra el Chabot Museum, diseñado en 1938 por GW Baas, hogar de la obra del pintor y escultor expresionista Henk Chabot.

Decía Gropius que “la arquitectura comienza donde termina la ingeniería”. Toda una declaración de intenciones del artífice de la afamada escuela que, en apenas unos años, colapsó los cimientos de los cánones establecidos para construir una nueva forma de habitar el mundo.