La reforma de la Ronda de Sant Antoni de Barcelona es una chapuza. Así lo consideran los comerciantes de la zona, que critican al ayuntamiento porque dejará el espacio con un aspecto provisional, al menos, hasta el año que viene, tras nueve interminables años de obras. La oposición asegura que la pobre urbanización responde a los recortes sufridos en el proyecto. Un mal currículum para la concejal de Urbanismo del consistorio, Janet Sanz.