La Rambla de Barcelona tendrá tres grandes plazas, más espacio para los viandantes y un solo carril de circulación para vehículos por cada sentido. La popular vía ensanchará sus aceras y su tramo central, y en su transformación el ayuntamiento invertirá 35,6 millones de euros. Las obras comenzarán entre finales del año 2019 y principios del 2020.
El consistorio barcelonés ha dado a conocer este viernes la propuesta del equipo ganador del concurso para reurbanizar la vía, Km-ZERO. La reforma se iniciará desde la zona más próxima al mar, en Colón, y se desarrollará en cinco fases de un año y medio cada una. Así lo han explicado la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, y la exconcejal de este distrito, e integrante de Km-ZERO, Itziar González, en un acto desarrollado en el Gran Teatro del Liceo.
Más sitio en las aceras
Los dos carriles de circulación tendrán una anchura de 3,5 metros --lo cual garantiza el paso de autobuses, vehículos de servicio y vecinos--, y el espacio sobrante se repartirá entre el espacio central y las aceras, que pasarán a tener un ancho mínimo de tres metros.
La anchura del tronco central variará a lo largo del paseo --desde los 11 metros en su trozo más estrecho, a los 30 del más ancho--, y se mantendrá elevado y delimitado por un bordillo de 12 centímetros de alto. Las aceras laterales también se mantendrán elevadas. Al lado de éstas se creará un cordón de servicio de 2,8 metros de ancho para la carga y descarga, que será reversible, de manera que permitirá ganar espacio para los peatones durante gran parte del día, y facilitar la distribución urbana de mercancías en una franja de horario restringido. Esa función se señalizará mediante un sistema de LED integrado en el pavimento, con el cual se indicará la disponibilidad de las plazas cuando estén en uso.
Tres espacios singulares
El entorno de Colón y Drassanes, el más cercano al mar, tendrá una nueva zona con más bancos y sillas. Además de eso, se crearán tres espacios singulares que pondrán en valor elementos del patrimonio arquitectónico: uno desde el Palau Moja hasta la iglesia de Betlem; otro desde el Pla de l'Os hasta el Liceu; y otro junto al Teatre Principal y la plaza que genera en la vía, que estará cubierta de lado a lado por el mismo pavimento.
Preguntados por si la propuesta incluye un memorial por el atentado en el paseo el 17 de agosto del año pasado, Pin ha destacado que sí contempla cómo debe ser. Pero el consistorio quiere trabajar el asunto con las familias de las víctimas y presentarlo en breve por separado para "darle toda la entidad que se merece".
Simulación de las nuevas Ramblas
Quioscos y Terrazas
Preguntada por el futuro de las paradas de antiguos pajareros y de los quioscos, Pin ha recordado que esta estrategia se está desarrollando en el marco del Plan Especial de La Rambla, aprobado en 2016, en el que ya no se contemplan los pajareros, por lo que tampoco están en el anteproyecto de la transformación de la vía, y en el que se fija que los 11 quioscos de prensa deberán ubicarse entre los árboles cuando terminen las concesiones en 2030. Y los 12 de floristas se mantendrán.
Ante críticas del Gremio de Restautación, que ha lamentado que se quieran reducir las terrazas en la vía, la concejal ha resaltado que el anteproyecto "no dibuja cuántas terrazas habrá y cuántas no". Algo que, según ha garantizado, abordarán con el sector, y que asegura habérselo comunicado en una reunión la pasada semana.
Más comodidad y cultura
El Ayuntamiento pretende convertir La Rambla en un paseo más cómodo, amable y cultural. Y para ello ha elaborado un documento con 53 medidas y estrategias valoradas en 1,4 millones de euros, que abordan actuaciones en cultura, el turismo y cómo combatir la gentrificación.
Las estrategias incluyen declarar La Rambla como espacio de excepcionalidad cultural --lo que tendría efectos en la concesión de licencias--; crear el espacio Cultura les Rambles para visibilizar la programación cultural de todo el paseo de forma conjunta; y potenciar sus equipamientos para que la vía sea percibida como la 'Rambla de los museos'.
También se prevé preservar el uso de vivienda existente por delante de cualquier otro; crear instrumentos para gestionar Espacios de Gran Afluencia (EGA); medidas para ordenar la actividad de los guías turísticos, y reconducir el fenómeno de la comida para llevar y comer en la calle, entre otras.
Recuperar la vía
Itziar González ha resaltado que el reto de La Rambla es cómo actuar ante una vía "que se llena de gente y se vacía de vecinos", e impedir que se base en el monocultivo turístico, que según ha dicho erosiona el ecosistema de la vía.
Janet Sanz ha apostado por impulsar esta transformación para reforzar los vínculos de los barceloneses con La Rambla. Y la concejal del distrito Gala Pin ha defendido la necesidad de trabajar para recuperar "la Rambla que nos han quitado", en clara alusión al turismo y la gentrificación.