“Durante mucho tiempo hemos creído que el patrimonio era sólo cosa del pasado y por eso íbamos a los museos a descubrirlo. Pero basta con salir a dar un paseo para comprobar que en la calle hay la más grande de las colecciones”. Es el alegato que hacen desde BCN+ para que los turistas abran bien los ojos durante sus viajes. Y es que prácticamente en cualquier rincón existen numerosos edificios singulares que normalmente pasan desapercibidos, pero que son una delicia de la arquitectura que nadie debería perderse.
Por eso, las personas que estén pensando en visitar Cataluña en próximas fechas pueden probar a realizar una ruta plagada de edificios singulares que poco o nada tienen que envidiar a las grandes fachadas históricas de las calles de Barcelona. “Los municipios de los alrededores de la capital catalana también esconden joyas arquitectónicas que bien justifican un paseo y un selfi”, advierten.
Edificio Walden 7 (Sant Just Desvern)
El 16 de octubre de 1972, el Ayuntamiento de Sant Just Desvern concedió la licencia de obras del edificio Walden 7. El bufete de arquitectos Bofill bautizó la obra como “un edificio distópico”. Eran los años posteriores al Mayo del 68, Ricardo Bofill había vivido los hechos de París y quiso traer su espíritu a Barcelona.
Edificio Walden 7 / ZARATEMAN - WIKIMEDIA COMMONS
Edificio Walden 7 / ZARATEMAN - WIKIMEDIA COMMONS
De forma casi laberíntica, en los años 60 el Walden 7 era una fiesta: conciertos, talleres, sesiones de lectura… Pero con el paso de los años los propietarios históricos se fueron marchando y el edificio empezó a embellecer. Por cierto, para visitar la comunidad de vecinos del Walden 7 hay que cumplimentar un formulario que está disponible en su página web.
Las Tres Chimeneas (Sant Adrià de Besòs)
Las Tres Chimeneas son el último vestigio de un complejo industrial mucho más grande que hoy casi ha desaparecido: la central térmica de Sant Adrià de Besòs. Ejemplo de la arquitectura brutalista industrial de los años 70, las Tres Chimeneas son un icono del skyline de la ciudad (“la Sagrada Familia obrera”, tal y como las definió el escritor barcelonés Javier Pérez Andújar).
Pero más allá de ser aquella silueta que advierte a los vecinos de Sant Adrià de cuándo llegan a casa, es la construcción más alta del litoral catalán. Los que vayan a pasear por sus alrededores lo comprobarán al llegar a los pies del edificio.
Depósito controlado del Vall d'en Joan (Garraf)
Situado en el Parque Natural del Garraf, entre los municipios de Gavà y Begues, el depósito controlado del Valle d'en Joan es un vertedero de residuos que, gracias al estudio Batlle i Roig Arquitectes, se convirtió en un gran parque público.
Se trata de uno de los emplazamientos paisajísticos más desconocidos de los alrededores de Barcelona. Un juego de terrazas y rampas en zigzag que ha permitido reconvertir el vertedero en un pulmón verde.
La Ricarda (El Prat de Llobregat)
La ruta por los edificios más singulares de Cataluña está en El Prat de Llobregat. Allí se encuentra La Ricarda o Casa Gomis, llamada así por el apellido del propietario. La construcción de esta casa fue realizada por correspondencia, puesto que en aquellos años el arquitecto Antonio Bonet había realizado algunos trabajos en Uruguay y vivía en Argentina. La Ricarda es, por tanto, una obra arquitectónica dirigida desde la distancia.
La Ricarda / JOSEP BRACONS - FLICKR
La Ricarda / JOSEP BRACONS - FLICKR
Con todo, se trata de un ejemplo destacado de la arquitectura racionalista en Cataluña. Durante el franquismo, este edificio sirvió como refugio de intelectuales catalanes como Antoni Tàpies, Joan Miró o Joan Brossa. Como apunte, el servicio de Información Turística y de Promoción del Delta del Llobregat organiza visitas guiadas a las que es necesario inscribirse previamente.
TecnoCampus Mataró-Maresme
El Tecnocampus Mataró-Maresme es un verdadero paseo arquitectónico con vistas al mar. El prestigioso arquitecto Oriol Bohigas lideró el proyecto de este gran complejo universitario que combina espacios académicos con viveros de empresas.
El espacio docente cuenta con un gran patio frente al mar Mediterráneo. Y, detrás, dos edificios formados por dos cubos de obra vista alojan los espacios administrativos para las oficinas, los centros de negocios y un auditorio.