CaixaForum Tarragona acaba de recibir Pintura flamenca y holandesa del Museo de Ginebra, una exposición fruto de la alianza entre la Obra Social La Caixa y los Museos de Arte e Historia de Ginebra que ofrece, por primera vez en España, la selección más importante de pintura flamenca y holandesa procedente de Suiza.
En total son 48 las obras que serán exhibidas en CaixaForum Tarragona hasta el 27 de enero del año que viene, entre las que no faltan algunas de reconocidos artistas como Cornelis Cornelisz van Haarlem, Pieter Brueghel el Joven, Jan Brueghel el Viejo, Philips Wouwerman, Nicolaes Maes, Jan Josefsz van Goyen, David Teniers y Jan Weenix, además de otras de pintores menos conocidos, e incluso anónimos, que contribuyeron, cada uno a su manera, al Siglo de Oro de los Países Bajos.
Cuadros con misterios
Minuciosamente estudiados y restaurados entre 2005 y 2009, los cuadros de esta muestra han ido revelando sus secretos, pero no siempre todos sus misterios. El arte de los siglos XVI y XVII sigue ofreciendo aún numerosas áreas de investigación, como el estudio material de los cuadros o la interpretación iconográfica y la historia del gusto, del mercado del arte y de los coleccionistas.
Cartel de 'Pintura flamenca y holandesa del Museo de Ginebra' / CAIXAFORUM TARRAGONA
Y es que los Países Bajos del norte y del sur conocieron un desarrollo económico sin precedentes a lo largo de los siglos XVI y XVII, en parte gracias a los éxitos comerciales de los puertos de Amberes y Ámsterdam, pese a los conflictos de la época. Los pintores contaban con una burguesía adinerada aficionada al arte, heredera de la gran tradición de la pintura flamenca del siglo XV.
Jerarquía entre géneros
Dividida en cinco ámbitos, Pintura flamenca y holandesa del Museo de Ginebra propone una selección de obras de la pintura flamenca y holandesa de los siglos XVI y XVII, representativa de aquellas nuevas iconografías, respetando el orden canónico de la jerarquía entre géneros vigente en aquel periodo. Esta jerarquía, teorizada por el italiano Leon Battista Alberti en el siglo XV y plasmada de forma más académica en el XVII, permitió incluir la pintura (que solía ser considerada aún un simple oficio manual) en el círculo de las artes liberales.
De este modo, los pintores y los defensores de la pintura ponían de manifiesto el esfuerzo intelectual y el ingenio que requiere la composición de cualquier escena. Las ideas que surgen de la inventio, tan apreciadas en el arte de la retórica, pasaron a ser, junto con el dibujo preparatorio, la base argumentativa del debate. Aunque en la práctica solo tenía un impacto relativo, esta jerarquía influyó tanto en la organización de los talleres como en el mercado del arte.