Un hombre corriendo envuelto en llamas es la imagen que se ha llevado el primer premio del World Press Photo 2018. Se trata de José Víctor, un manifestante venezolano que se encontraba en la calle en uno de los días fuertes de conflicto en Caracas (Venezuela) cuando explotó una moto cerca de él y le ocasionó graves quemaduras en todo el cuerpo, derivando en un largo tratamiento médico, y más secuelas psicológicas.
Ronaldo Schemidt es el fotógrafo que se lleva el mayor galardón de la edición número 61 del prestigioso concurso de fotografía internacional. Es venezolano pero vive en el DF, México, aunque decidió volver por dos meses a su país para retratar el conflicto.
Ronaldo Schemidt, el ganador del concurso junto a su fotografía / CG
“Muchos países no tienen ni idea de lo que ocurre en Venezuela, algunos no saben ni dónde está”, sentencia el fotógrafo de la agencia AFP, quien prefiere no tomar partido por el conflicto político en su país. “Como periodista prefiero guardar mi opinión personal y solo enseñar lo que sucede con el deseo de que los problemas se resuelvan, me siento muy involucrado”, reconoce.
El foco en latinoamérica
Este año, el World Press Photo --que inicia su recorrido por 100 ciudades en Barcelona-- ha puesto el foco en América Latina. El trabajo de Schemidt fue seleccionado dos semanas atrás en Ámsterdam, donde compitió con otras 73.000 imágenes de 4.500 fotógrafos.
Javier Arcenillas enseña su trabajo ganador en la World Press Photo 2018 / CG
Entre esos participantes, había 229 entradas de profesionales españoles. Uno de ellos es Javier Arcenillas, quien ganó el tercer premio en la categoría Proyectos a largo plazo, con un trabajo que le llevó nueve años y en el que decidió retratar cuatro escenarios: los sicarios en Guatemala, la violencia en Honduras, las pandillas en El Salvador y el narcoturismo en Colombia.
Arcenillas asegura que su trabajo es de lo “más complicado de la fotografía” ya que lleva mucho tiempo y mucha exposición. Su intención, más que ganar el premio, era conseguir difusión para sus fotografías y cumplir su objetivo de enseñar a Europa y los países por donde pasa el certamen una realidad para muchos desconocida.
Otros destacados
Fuera del foco latinoamericano, otros acontecimientos y vivencias marcan esta edición del certamen. Toby Mellville es un fotógrafo británico que ha retratado de cerca a las víctimas del atentado del Puente de Westminster en Londres, aunque reconoce haber quedado muy afectado tras su trabajo. Otros de los premiados destacados son las obras de Patrick Brown con sus imágenes y vídeos sobre el conflicto de Myanmar, o las fotos de las prostitutas rusas de Tatiana Vinogradova.
Uno de los más curiosos trabajos de fotoperiodismo de este año es el de Magnus Wennman, que retrata el "Síndrome de la resignación". Se trata de una patología que sufren los refugiados únicamente en Suecia, y que consiste en el ingreso a un estado de coma tras recibir la negativa de su visado.
El "Síndrome de la resignación", de Magnus Wennman
El debate de la precariedad
La presentación del World Press Photo en Barcelona ha abierto viejos debates, como el de la precariedad laboral de los fotoperiodistas. Arcenillas ha aprovechado la ocasión para hacer una llamada de atención sobre la situación en España. “Los fotógrafos documentales lo tenemos difícil, yo soy freelance y puedo decir que la situación es precaria, se venden reportajes a 50 euros en los que uno ha puesto su vida en riesgo para conseguirlos”.
El fotógrafo español explica que hace pocos días El País Semanal le rechazó un trabajo, y que es solo un ejemplo de las muchas veces que le sucede. “Lo que pasa es que en estos tiempos hay más oferta que demanda”, asegura, y agrega que “muchos consiguen becas o premios para financiarse porque los medios lo hacen cada vez menos”.
Por su parte, Schemidt ha subrayado no solo la precariedad sino el elevado riesgo al que se exponen día a día sus colegas en México. “No es que todo el país sea peligroso, pero en el norte, donde operan los cárteles del narcotráfico, están matando periodistas en las calles, delante de todo el mundo”.
Baja representación femenina
En la edición número 61 del concurso de fotografía casi no hay representación femenina. De los 42 ganadores solo cuatro son mujeres. Babette Warendorf, representante de la organización del certamen, explica que en ese sentido no están conformes por la baja diversidad que se suele conseguir en los participantes.
“Las entradas femeninas solo representaron el 15% en 2016 y el 16% en 2017. No sabemos realmente si esto es un reflejo de cómo está compuesto el mercado o es que hay poca participación por parte de las mujeres en este concurso”. Warendorf revela además que tampoco hay suficientes entradas por parte de América Latina o África, lo cual considera un fallo: “No somos un concurso de hombres blancos europeos, al contrario, se trata de conseguir la mayor diversidad posible”.
El concurso
El World Press Photo es el concurso de fotografía internacional más importante del mundo. Este año se han presentado 73.000 fotografías de 4.500 fotógrafos y el proceso de selección lo realiza un jurado diferente en cada ocasión.
Entrada a la exposición de World Press Photo 2018 en el CCCB de Barcelona / CG
La selección de las imágenes pasa por diferentes fases: hay una primera en que se evalúa solo lo estético y los aspectos técnicos, y luego la historia detrás de la foto. En la última etapa se pide a los profesionales que enseñen sus trabajos sin editar, para asegurarse que no se ha agregado o quitado ningún tipo de información.
La exposición de las imágenes y el material audiovisual se expone en Barcelona del 28 de abril al 27 de mayo en el CCCB bajo el lema “ver y entender”. Este año, la novedad es que se incrementan las visitas guiadas y se ofrecen nuevas opciones para empresas a puertas cerradas por las tardes. Además, el material será difundido por los barrios con la finalidad de acercar las fotos y el audiovisual a la mayor cantidad de gente posible.