El mundo de la arquitectura es muy competitivo y parece que su presencia destacada en el mundo de las nuevas bodegas también. La moda de maridar arquitecturas innovadoras y de gran nivel creativo con la producción de vinos la inauguró en España Marqués de Riscal con el célebre arquitecto Frank Gehry.
Unos años después se trasladó esta moda a Cataluña importada por la familia Suqué, propietaria de Casinos de Cataluña y de varios negocios relacionados con el entorno de los caldos. Todo parecía fácil y un éxito seguro con la contratación del famoso y preciado despacho RCR, los arquitectos de Olot (Girona) que se han hecho famosos por ganar el premio equivalente al Nobel de la arquitectura, el galardón conocido como Pritzker.
¿Similitud o copia?
Sin embargo, ahora se complica el proyecto, ya que parece existir un debate intenso entre la comunidad catalana de arquitectos sobre las similitudes creativas y formales más relevantes entre una bodega canadiense y el proyecto propuesto por los famosos y aclamados arquitectos gerundenses.
El debate se centra en el diseño de la nueva bodega de Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta para la familia Suqué y su complejo del Castillo de Peralada. Según la comunidad arquitectónica, el proyecto entregado a los clientes vive de la inspiración de una bodega ya existente en la costa de Canadá, más en concreto en la zona del Pacífico.
El proyecto de la bodega canadiense es obra del estudio Olson Kundig Architects. En menos de un año ya ha conseguido distintos reconocimientos, así como aparecer en un reportaje de varias páginas de la prestigiosa revista Wallpaper de este mes. El bodeguero es Martin’s Lane, famoso por sus vinos pinot noir y riesling, que inauguró recientemente una bodega de diseño con el nuevo concepto arquitectónico de flujo gravitacional que adapta y esconde la estructura a la pendiente del terreno con la integración al hábitat natural y el máximo respeto al medio ambiente.
¿Similitudes naturales o tendencia arquitectónica?
La realidad es que ambos proyectos son bodegas, están en una pendiente y la obra intenta adaptarse a la orografía disimulando el cuerpo del edificio e instalaciones. Otras fuentes relevantes del colectivo de arquitectos consideran que ahora todos los técnicos especializados en el diseño de edificios crean lo mismo. Como sucedería, añaden, en el caso de los arquitectos de RCR: “Han ideado un proyecto guiado por la voluntad de integración plena en el entorno y de crear un edificio atemporal y, a la vez, dotado de una fuerte personalidad”.
Fuentes del mundo de la alta arquitectura española consultados agregan que, además, todos los promotores o propietarios piden casi lo mismo. “Son tendencias, pero tener un premio Pritzker implica que te examinen con lupa cualquier proyecto, no solo aquí sino en todo el mundo”, apostillan.