La Seu de Lleida, un bien de interés cultural

La Seu de Lleida, un bien de interés cultural

Historia

El Bien de Interés Cultural de Cataluña que se cae a pedazos: los vecinos reclaman una solución

El paso del tiempo y la desatención por parte de las administraciones ponen en peligro esta construcción centenaria

Más información: El desconocido pueblo medieval catalán de seis letras y menos de 50 habitantes: esconde un patrimonio de la UNESCO

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Los bienes culturales representan un legado histórico y artístico invaluable, vestigios tangibles que conectan a las generaciones actuales con su pasado y nos recuerdan de donde venimos. En Cataluña, hay decenas, centenares de edificios, ruinas, murallas e incluso ciudades y pueblos que tienen esta consideración.

Que la Generalitat catalogue algo Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) garantiza su conservación y fomenta su estudio y promoción. Este estatus implica que un monumento o sitio está catalogado como parte del patrimonio cultural prioritario del país, con la obligación de las administraciones de preservarlo. Lo mismo pasa cuando quien lo hace son los ayuntamientos a nivel local. Sin embargo, una cosa es la teoría y otra muy distinta la práctica.

El desprendimiento de un bien cultural

El pasado 11 de enero, uno de estos bienes culturales protegidos vivía un nuevo episodio de deterioro. Nuevo, porque no es el primero y se teme que pueda no ser el último.

El lugar afectado en cuestión son las murallas del Turó de la Seu Vella de Lleida, un conjunto monumental que ha sufrido varios desprendimientos en los últimos años y que este sábado vio como se producía otra una muestra más del deplorable estado en el que se encuentra.

Muchas promesas previas

Por mucho que sean declaradas BCIN, en el caso de las murallas de la Seu Vella, la obligación de preservación y conservación ha quedado en entredicho. A pesar de que estaba previsto que este 2025 se iniciaran labores de mantenimiento, no se han producido desde hace años y las consecuencias se han vuelto a ver con el desprendimiento de otra parte del muro.

Las murallas de la Seu, construidas entre los siglos XVII y XIX, son un símbolo histórico de Lleida.  Conocida como la muralla del Turó de la Seu Vella esta imponente construcción rodea la colina donde se ubica la emblemática catedral de Lleida. Su historia, además, es tan compleja e interesante como la propia ciudad. 

Una muralla protagonista de la historia de Cataluña

Durante la Guerra de Sucesión, las edificaciones del Turó fueron arrasadas por las tropas de Felipe V en 1707 y las piedras de estos edificios se utilizaron para construir la muralla que hoy conocemos. 

Los baluartes, construidos estratégicamente en las esquinas del recinto, responden al diseño defensivo de la época, siendo el Baluarte de la Llengua de Serp uno de los últimos en erigirse, en 1737.

La Seu Vella

La Seu Vella Turismo en Catalunya

El sistema defensivo cuenta con más de 3 kilómetros de murallas y cuatro baluartes principales: el del Rey, el de la Reina, el de Louvigny y el de la Asunción. Aunque originalmente se diseñaron para resistir ataques, el tiempo y el abandono han resultado ser enemigos aún más implacables.

A pesar de su relevancia, la falta de interés por el mantenimiento de esta zona ha llevado al deterioro progresivo que ha culminado en el reciente desplome de un tramo de la muralla del Baluarte de la Llengua de Serp.

El último derrumbe

Fue el pasado 4 de enero cuando un tramo de esta parte de la muralla colapsó, dejando una brecha considerable. Los responsables del ayuntamiento sostienen que, más que el deterioro, las lluvias recientes pueden haber sido el detonante inmediato.

En realidad, tal y como apuntan los propios vecinos, el verdadero problema radica en el abandono y la falta de mantenimiento que estas estructuras han sufrido durante años.  

Desprendimientos anteriores

El derrumbe de este mes no ha sido un hecho aislado. En 2021 y 2023 también se registraron desprendimientos en otros tramos de las murallas y, con el paso del tiempo, este deterioro ha ido a más hasta comprometer la estabilidad de las murallas.

La nueva área afectada por el reciente desplome ya había mostrado signos de deterioro. Existían grietas visibles detectadas ya en diciembre de 2023. Sin embargo, las actuaciones preventivas fueron insuficientes. 

Indignación vecinal

Los diarios locales, como el Segre y La Mañana, pudieron hablar con la Associació d’Amics de la Seu Vella, que lleva años denunciando esta situación. Ellos aseveran que la situación podría haberse evitado con un mantenimiento adecuado y a tiempo. 

Ellos no son los únicos que apuntan a la dejadez por parte de las Administraciones, también muchos vecinos hablan de negligencia. Sea así o no, los hechos han hablado. Las murallas están deterioradas y esto no hace otra cosa que encarecer las futuras reparaciones y, lo que es peor, pone en peligro la preservación del patrimonio y la seguridad pública, ya que no son pocas las personas que pasan por allí a diario.

Planes pasados y futuros

A pesar de ser uno de los conjuntos monumentales más emblemáticos de Lleida, las murallas del Turó de la Seu Vella están completamente olvidadas. No por el imaginario colectivo, no por parte de los vecinos, sino de los responsables públicos.

Las promesas de planes de conservación y actuaciones de mejora llevan años escuchándose, pero apenas se han materializado. En abril de 2023, se anunció un estudio para evaluar el estado de la muralla, pero la falta de acciones concretas ha permitido que el deterioro avance.

Una vez más, como pasara con los anteriores desprendimientos, la muralla ha vuelto a ser motivo de atención y  preocupación por parte de las Administraciones. El Ayuntamiento de Lleida ha asegurado que la Generalitat ya ha adjudica de un plan de murallas, con un presupuesto estimado de tres millones de euros para intervenciones. 

Desde el consistorio también se apunta a que se va a poner en marcha las obras de mejora del Baluarte del Rey y que va a emprender el proyecto de restauración del  baluarte de Lauvigny. Sin embargo, los vecinos y asociaciones locales temen que estas medidas lleguen demasiado tarde y que el daño sea irreversible en algunas zonas.