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Cataluña cuenta con varios municipios entre los pueblos más bonitos de España, pero hay uno que siempre destaca. Besalú, conocido por su puente medieval, su casco histórico y su ubicación entre dos ríos, sorprende a todo el que lo visita por primera vez. Lo que pocos saben es que esta joya medieval nació alrededor de una fortaleza. Esta estructura defensiva, construida en la confluencia de dos ríos, es el origen de todo lo que hoy forma el pintoresco pueblo.

Este es el pueblo con uno de los rincones más bonitos donde vivir

Con los siglos, la fortaleza se transformó en un núcleo habitado. Primero llegó la iglesia, después la plaza mayor, y más tarde surgieron las estrechas calles y las casas de piedra que ahora albergan locales y pequeños negocios.

Panorámica de Besalú CANVA

Besalú, situado en Girona, es una de las joyas medievales más destacadas de Cataluña. Se encuentra en la unión del río Capellades y el Fluvià, un detalle que le dio su nombre latino, Bisuldunum, que significa "fortaleza entre dos ríos."

El Puente Viejo de Besalú, reconstruido en varias ocasiones, es uno de los elementos más emblemáticos del pueblo. Antes de cruzarlo, una torre defensiva da la bienvenida al visitante, recordando su función de vigilancia y protección.

Construido en el siglo XI, este puente tiene siete arcos desiguales y un diseño angular que le otorga una apariencia única. Su longitud total es de 105 metros, y su torre alcanza los 30 metros de altura. Este paso es la entrada principal al pueblo y un lugar lleno de historia y encanto.

Esta es la historia del pueblo

Cruzando el puente, en la margen izquierda, se encuentran los restos de una sinagoga documentada desde 1264. Los judíos vivieron en esta zona de Besalú durante 500 años, dejando un importante legado que puede explorarse a través de visitas guiadas.

Entre los lugares destacados están los baños rituales o miqvé, descubiertos en 1964. Este edificio, único en España y el tercero más relevante en Europa, incluye una sala románica subterránea con piscina alimentada por aguas del río.

El casco antiguo de Besalú es un viaje al pasado. Sus calles adoquinadas y la Plaza Mayor están llenas de historia y pequeños comercios. Desde el punto de información turística hasta las tiendas de recuerdos, todo está pensado para que los visitantes puedan conocer más sobre el pueblo.

Uno de los puntos más interesantes es la Plaza de Sant Pere, la más amplia del municipio. Aquí se encuentra el Monasterio de Sant Pere, fundado en 977 por el Conde de Besalú y ampliado en el siglo XII. Este monasterio románico, con su imponente arquitectura y sus columnas decoradas, es un símbolo del esplendor medieval. Además, dentro del monasterio se encuentra la Iglesia de Sant Vicenç, que alberga la tumba gótica de Pere de Rovira y una capilla lateral dedicada a la Vera Cruz.

En contraste con el entorno medieval, en la Plaza de Sant Pere se alza Circusland, un museo dedicado al circo que se ha convertido en un referente en Europa. Su estilo colorido contrasta con la arquitectura románica, pero ofrece una experiencia única.

Cómo llegar al pueblo

Para llegar a Besalú desde Barcelona en coche, toma la autopista AP-7 en dirección a Girona/Francia. Después de unos 100 kilómetros, sal por la salida 6 hacia la carretera C-66 en dirección a Banyoles/Olot. Sigue por la C-66 hasta la N-260, que lleva directamente a Besalú. El trayecto dura alrededor de una hora y media.

Al llegar, se recomienda aparcar en los estacionamientos a las afueras del núcleo medieval, ya que el acceso al casco histórico está restringido al tráfico. Desde allí, todo queda a un paso: el puente, las calles adoquinadas y los monumentos que convierten a Besalú en un destino inolvidable.

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