La edad media del personal sanitario en España representa un desafío para la atención de los pacientes y el mantenimiento del sistema. Los baby boomers que trabajan en el Sistema Nacional de Salud son más de un tercio de los profesionales que, en los próximos quince años, según estudios como el de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), alcanzarán la edad de jubilación.
Para entonces, el panorama se prevé incierto. Incluso ahora presenta dificultades. El Ministerio de Sanidad abría a finales de abril una convocatoria extraordinaria para cubrir las vacantes de médicos internos residentes (MIR) después de que quedaran libres 473 plazas ofertadas, de las que 459 eran de Medicina Familiar y Comunitaria.
Tecnología en el sistema de salud
A los obstáculos para contar con una plantilla suficientemente dimensionada se suman otros retos de la demanda asistencial, como el envejecimiento de la población o el incremento de enfermos crónicos. Los avances en medicina permiten disfrutar de una mayor calidad de vida a personas mayores o con distintas patologías, pero es el sistema de salud el que requiere del tratamiento adecuado para que pueda ofrecer la mejor atención a los pacientes con los recursos disponibles.
“El sistema está al límite y muchos profesionales, enfadados, porque llevan digitalizados quince años y no le están sacando partido”, sostiene Bernardo Valdivieso. Lo dice como secretario de Planificación, Información y Transformación Digital de la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana y como médico de familia que, tras sus primeros pasos profesionales en una consulta, se dedicó a exprimir la tecnología en tareas de gestión, como la que desarrolló en el Hospital de la Fe de Valencia hasta recalar en su actual cargo.
“La sanidad hizo un esfuerzo importante por establecer plataformas electrónicas que permitieran a los médicos pasar del papel a los sistemas operacionales. Esto funcionó bien durante años, pero ahora nos encontramos con un modelo que es necesario actualizar. Pudimos incrementar la eficiencia con una enorme cantidad de datos de diversa categoría, como imágenes médicas, citas, altas hospitalarias o intervenciones quirúrgicas, pero el proceso ya está saturado”, coincide Antonio Martos, director global de Sanidad en Minsait (Indra).
La Comunidad Valenciana, la precursora
La compañía tecnológica, cuyas innovaciones están presentes en hospitales y centros de salud públicos y privados de España y los países en los que opera, trabaja con el departamento que dirige Valdivieso para sacarle el máximo potencial a la ingente cantidad de datos que acumula la red sanitaria de la Comunidad Valenciana y, aprovechando las posibilidades de la inteligencia artificial, incrementar las capacidades del sistema y de los profesionales y mejorar la atención, diagnóstico y tratamiento de los pacientes.
"Vamos a licitar una arquitectura nueva, que contará con una plataforma interoperable con herramientas de automatización de procesos basadas en la robótica y en la IA para ser más eficientes y usar los datos de manera ágil y con calidad", afirma Valdivieso, precisando que el proyecto contempla una inteligencia artificial gobernada cumpliendo con los requisitos de la ley europea –la AI Act–.
La iniciativa, añade, "permitirá una nueva relación con la ciudadanía, una eficiencia en los procesos más analítica y un conocimiento predictivo que mejore la medición y precisión. Frente al actual modelo monolítico, nos encaminamos hacia aplicaciones más abiertas pensadas para manejar datos de valor interoperables".
Mejoras en diagnóstico por imagen
Según el secretario de Planificación, Información y Transformación Digital de la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana, "vamos a utilizar la imagen, el dato de más calidad que tenemos en la actualidad, para sacarle el mayor valor posible”. Por ejemplo, en el programa de cribado de cáncer de mama. La Administración autonómica ha detectado que se ha duplicado la necesidad de lectura de cada mamografía y “la IA ha demostrado que, bien implementada, puede hacerse cargo de ello en el 75% de los casos”.
Otro ámbito de cobertura de la plataforma interoperable es la radiografía de tórax en urgencias y en primaria. "La idea es que la inteligencia artificial optimice nuestra capacidad de informar de las placas a los facultativos que las hayan solicitado y darles la mayor fiabilidad sobre resultados negativos o positivos", explica.
El siguiente paso, concluye Bernardo Valdivieso, será la "automatización de procesos con IA para afrontar los retos de la demanda asistencial en primaria y ser capaces de dar una respuesta resolutiva en tiempo y forma a la ciudadanía". La idea es que pueda tener “una mejor experiencia y accedan a la atención lo antes posible”.