Los productos textiles, como la ropa o el calzado, se convierten en residuos al final de su vida útil. Estudios recientes reflejan que en España casi un millón de toneladas de estos materiales van a parar a los vertederos cada año. En cambio, las tasas de reciclaje siguen siendo bajas, hasta el punto de que apenas rondan el 10% los residuos, a pesar de que es un elemento clave para reducir la huella que las industrias que generan este tipo de basura generan en el entorno.
Por el contrario, cada ciudadano europeo consume unos 26 kilos de textiles al año, lo que genera más de 16 millones de toneladas anuales en la Unión Europea (UE) que provocan un fuerte impacto ambiental. La gravedad de la situación se magnifica cuando trasciende que el 73% de los materiales utilizados para la ropa se envían al vertedero o se incineran y que menos del 1% de las fibras acaban en procesos de reciclaje.
Vídeo Picvisa
Mayor concienciación
No obstante, en las últimas décadas se ha producido un aumento de la sensibilización ciudadana en relación a la gestión de los residuos y a la protección del medio ambiente.
Los beneficios de un consumo y un uso responsable son innegables. La recogida separada posibilita su reutilización y deriva en un ahorro de energía, emisiones y materias primas produciendo un impacto positivo en materia de sostenibilidad.
El reciclaje textil entraña unas dificultades añadidas a las de otros residuos. Al tratarse de un elemento compuesto por distintos materiales y confecciones, el proceso es bastante más complejo, puesto que la mayoría de los elementos que componen una prenda deben reciclarse por separado, algo que acaba conduciendo a consumidores e industrias al desecho directo.
Nueva normativa europea
La tarea tiene un elevado nivel de complicación pero en los últimos años se están dando pasos que invitan a pensar que estamos a las puertas de una profunda transformación. Ya en 2018, la UE aprobó la normativa comunitaria con la que fijó los objetivos obligatorios de reciclaje de residuos urbanos, con el horizonte de alcanzar el 65% en 2035. Una normativa en la que los textiles no quedaron al margen, pues, para su total cumplimiento, la recogida del cien por cien de estos residuos textiles será obligatoria a partir de 2025.
Para generar una mayor eficiencia energética es necesario, sin embargo, mejorar el proceso de reciclaje de residuos textiles, con nuevos sistemas de recogida selectiva, y, especialmente, con la mejora de los procesos de selección y clasificación de estos residuos.
Picvisa aporta nuevas soluciones
De ahí la importancia de empresas como Picvisa, líder en separación de residuos. La innovación es parte de la estrategia de esta compañía catalana, con sede en Calaf, que ofrece soluciones avanzadas a sus clientes y pone la tecnología al servicio de una sociedad más sostenible.
Esta firma tecnológica ofrece alternativas basadas en la robótica y la inteligencia artificial para la clasificación y selección de vidrio, plásticos o textiles para evitar que todo ello acabe en los vertederos. Estas soluciones innovadoras son su firme apuesta por una economía circular. “Estamos firmemente convencidos de que la tecnología puede ser la clave para cambiar el curso hacia un futuro más sostenible”, aseguran desde la compañía.
El papel de las nuevas tecnologías
Para hacer realidad este reto, la clasificación automatizada de residuos textiles requiere de las nuevas tecnologías, como la visión hiperespectral, que permite una mayor recuperación de valor a través de una separación automatizada de materiales.
La visión hiperespectral combina dos tecnologías diferentes. Por un lado, la visión artificial, que capta imágenes del mundo real, las procesa y analiza. Y, por otro, la espectroscopia infrarroja (NIR), que permite identificar la composición de los productos textiles atendiendo a los tipos de fibra (naturales, artificiales y sintéticas), que poseen estructuras químicas y moleculares diferentes y que reaccionan de forma distinta a las ondas electromagnéticas.
Selección automatizada
La empresa diseña y fabrica equipos de selección y separación automatizada de materiales (vidrio, plástico, papel, cartón, metales, etc.), que posteriormente se transportará a otra planta para su reciclaje. En lo que se refiere a la recuperación del textil, hay que destacar que la compañía ha creado varios productos y soluciones, como un analizador óptico que separa con un brazo robótico los productos textiles del resto de desperdicios.
Este sistema ya está instalado en una planta que gestiona residuo textil en A Coruña, que gracias a un software que detecta prendas por su composición química y color permite clasificar hasta 24 combinaciones diferentes de materiales textiles y colores al mismo tiempo.
Una solución para cada residuo
El fabricante español de soluciones y equipos basados en procesos de visión artificial y robótica, como el separador óptico de vidrio Ecoglass, o Ecosort Textil, que separa y clasifica textiles por composición (algodón, poliéster, viscosa y otras fibras), color o forma.
Además, otras soluciones tecnológicas son Ecopack, un separador óptico para plástico. capaz de separar por ejemplo algodón, poliéster, viscosa, lana, poliamida, polietileno, polipropileno, elastómeros, acrílicos entre otros materiales. Ecopick es un robot basado en inteligencia artificial (IA) que reconoce y clasifica una amplia variedad de objetos sobre una cinta transportadora.
Integrado en el DFactory
Picvisa es una de las startups que forma parte del ecosistema DFactory Barcelona, el nodo de industria 4.0 impulsado y gestionado por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona. Allí dispone de un espacio propio en el edificio de 58 metros cuadrados y se beneficia de las sinergias con otras empresas presentes en este hub de innovación, con los que comparte conocimientos y aborda nuevos retos tecnológicos en el ámbito del reciclaje y la valorización de residuos.
Además, Picvisa cuenta también con un innovador Test Center de 1.000 metros cuadrados y un centro de desarrollo y fabricación de soluciones tecnológicas ubicados en Calaf (Barcelona).
“Somos una empresa referente en innovación tecnológica para el reciclaje y valorización de residuos, por eso, para nosotros es muy importante estar presentes en un ecosistema tecnológico como DFactory con empresas punteras, que nos permitan establecer colaboraciones y proyectos transversales para avanzar hacia la economía circular”, ha destacado Joan Manel Casamitjana, CEO de Picvisa.