El calentamiento global, los fenómenos climatológicos extremos, los escasos recursos… La sostenibilidad ya no es una opción. Ahora las empresas deben ajustarse a parámetros sostenibles si quieren garantizar su supervivencia y tener éxito.
Para ayudar en este proceso, Banco Santander ofrece un servicio 100% digital diseñado para que las pymes conozcan su grado de sostenibilidad mediante un simple cuestionario, que una vez cumplimentado proporciona una calificación preliminar con varios niveles: iniciado, básico, avanzado y experto.
Personalizado y gratuito
Además, la herramienta permite obtener un informe personalizado con planes de mejora y una guía de buenas prácticas. Para la concesión del índice de sostenibilidad definitivo, los clientes pueden acceder a la auditoría telemática de AENOR. Y, posteriormente, se calibran las evidencias y se verifica el nivel final, con la posibilidad de obtener una distinción pública del certificado. Este servicio está disponible de forma gratuita para los clientes de la entidad.
El banco que preside Ana Botín creó el primer sello de sostenibilidad para empresas de hasta 50 millones de facturación hace tres años con el objetivo de ayudarles a obtener un rating que les permita diferenciarse con sus clientes y proveedores, públicos o privados; y a estructurar, conocer y mejorar la información y el nivel de implantación de ámbitos de la sostenibilidad que puedan necesitarse en determinados concursos públicos.
Diferentes criterios
El modelo permite calificar a las empresas según criterios ASG (Medio Ambiente, Social y de Gobernanza Corporativa) y valora aspectos tales como el consumo de recursos o la gestión de los residuos en la dimensión medioambiental, la igualdad de oportunidades y el desarrollo profesional en el plano social o si se tienen en cuenta criterios éticos en la gestión de la empresa en materia de gobierno corporativo.
Banco Santander explica que en España, donde un 99% de las empresas son pymes, los certificados se pueden agrupar en dos bloques: los que obliga o recomienda la ley, como el certificado de eficiencia energética para los edificios o el dispositivo ambiental para los coches; y los que acreditan la sostenibilidad de una empresa en su conjunto y/o la de sus productos y servicios. En esta última categoría hay una gran diversidad de sellos y todos están sujetos a la verificación, por parte de una entidad independiente a la empresa, del cumplimiento de una serie de requisitos.
Santander inició el camino
La entidad ha ido sumando diferentes certificaciones a su palmarés. Fue la primera entidad financiera en España en recibir en 2019 la certificación Residuo Cero de AENOR, que garantiza que en las instalaciones de la sede corporativa del banco en Boadilla del Monte (Madrid) al menos el 90% de los residuos se reintroducen en la cadena de valor. Y este año acaba de renovar esta calificación. También fue la primera empresa que certifica con AENOR la sostenibilidad de su Investor Day y que recibe la certificación AENOR a la calidad de sus restaurantes corporativos.
Estos son ejemplos de algunos de los hitos de una gran empresa. Pero cómo conseguir que una pyme acceda a ser distinguida con estos sellos y pueda sobrevivir en un mercado muy competitivo. Banco Santander describe los pasos y normas a seguir para alcanzar estos requisitos. La Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) es uno de los organismos españoles encargados de llevar a cabo certificaciones para empresas y a través de su página web se puede obtener información de las diferentes solicitudes de certificación divididas por sectores (automoción, turismo u ocio, alimentación…) o ámbitos de interés (calidad, I+D+I, eficiencia energética).
Las certificaciones abren mercados
Además, dentro de las normas que certifican la gestión sostenible de una empresa en todas sus áreas, destacan la SGE 21 para un sistema de gestión ética y socialmente responsable; el estándar internacional IQNet SR10 para implantar un sistema de gestión que apueste por la responsabilidad social, el buen gobierno y la mejora continua; o la serie de normas AA1000 para responder, incorporar y beneficiarse de los retos de la sostenibilidad.
En cuanto a las normas que conciernen solo a un campo específico de actividad, sobresalen otras certificaciones como la ISO 9001 (gestión de calidad); la ISO 14001 (gestión del impacto ambiental); la ISO 45001 (gestión de la seguridad y la salud en el trabajo); la EFR (conciliación); o la SA 8000 para crear un ambiente de trabajo sano, evitar la explotación laboral y prevenir la discriminación.
Banco Santander destaca que tener una certificación en sostenibilidad supone una oportunidad de negocio que puede abrir las puertas a nuevos mercados y a mejorar su eficiencia y reputación, con lo que se conseguirían mejores resultados económicos. Como primer paso, la compañía debe analizar cuáles son sus objetivos prioritarios en este aspecto, para después pasar a la acción e integrarlos en su estrategia con medidas que contribuyan a su cumplimiento.
El sello B Corp
La entidad añade que, además de las certificaciones, en el camino hacia un desempeño verdaderamente sostenible existen herramientas para medir los impactos positivos y mejorarlos. Una de las principales es la certificación B Corp. Este sello certifica que la organización que lo recibe forma parte de un nuevo modelo empresarial más inclusivo y sostenible. Su misión está orientada a la creación de valor social, ambiental y económico para todos sus agentes de interés: proveedores, trabajadores, clientes, comunidades, medioambiente y, naturalmente, accionistas.
Este sello, que nació en EEUU, llegó a España en 2015 de la mano de B Lab, una organización sin ánimo de lucro que aboga por una economía global que beneficie a todas las personas y a la naturaleza, y que es la encargada de otorgar la certificación. Según explica B Lab Spain en su página web, para ser B Corp hay que “cumplir con rigurosos estándares de desempeño social y ambiental, transparencia pública y responsabilidad legal”.
Para ello, utiliza como instrumento principal la llamada Evaluación de Impacto B, una herramienta digital, gratuita y confidencial que evalúa el impacto positivo que las empresas generan en los trabajadores, la comunidad, el medioambiente y los clientes. Para garantizar que este impacto es real y establecer incentivos de mejora continua, las empresas B Corp se someten a una revaluación cada tres años.