La pandemia del coronavirus ha causado la muerte de más de tres millones de personas alrededor del mundo. Y no es la única consecuencia. El colapso en los servicios de urgencias, la necesaria readaptación del personal médico y el miedo al contagio han retrasado tanto el diagnóstico como el tratamiento de diversas enfermedades.
Una demora que se eleva hasta un 15% en el caso de los tumores digestivos. Esto tiene un precio. Concretamente, la muerte de pacientes por patologías que habrían tenido una fácil respuesta si hubieran sido detectadas en fase más temprana. Con el fin de atajar este problema, en el Centro Médico Teknon de Barcelona se ha puesto en marcha la Unidad de Diagnóstico Precoz de Tumores Digestivos.
Más probabilidad de curación
Con el objetivo de mejorar el pronóstico y aumentar la probabilidad de curación de estos tumores, la unidad trabaja mediante un cribado de alta capacidad diagnóstica y un tratamiento individualizado. Se ha creado gracias a la colaboración entre especialistas pertenecientes al Instituto Oncológico Teknon (IOT), la Unidad para la Prevención del Cáncer Digestivo y el Centro Laparoscópico Dr. Ballesta (CLB).
Estos tienen como objetivo mejorar la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que prevé que para este año 2021 se diagnosticarán 8.697 casos menos de cáncer digestivo. "Desde el comienzo de la pandemia, el paciente no acude al hospital porque tiene miedo o porque se han desprogramado todas sus consultas y pruebas", asevera el coordinador de la nueva unidad, Modesto Varas.
Primeros síntomas
El gastroenterólogo avisa de la necesidad de dirigirse al especialista cuando se experimenten síntomas como sangre en las heces o una pérdida de peso inexplicable. "La extirpación de un pólipo adenomatoso de colon hoy es evitar un cáncer mañana", explica el doctor Varas. Asimismo, apunta que se deben continuar los controles periódicos tras recibir el diagnóstico de una enfermedad premaligna, como el esófago de Barrett, la anemia perniciosa, la cirrosis hepática o los pólipos adenomatosos del colon, porque la detección precoz del cáncer digestivo mejora la supervivencia.
Así, la unidad ofrece un protocolo exhaustivo de diagnóstico y de cribado en este tipo de carcinomas, basados en la endoscopia y la ecografía. Según indica el doctor Modesto Varas, ambas técnicas actúan como la mano derecha y la mano izquierda del gastroenterólogo: "Y con esto tenemos una aproximación muy importante para diagnosticar los tumores".
Equipo de cuatro cirujanos
Se trata pues, de un servicio que ofrece una detección precoz del problema que permite tratamientos quirúrgicos con una mejor supervivencia y calidad de vida. "Si la lesión es más pequeña, no afecta a otros órganos. Esto te permite hacer una cirugía más reglada, menos agresiva y, por tanto, el paciente se recupera antes y vuelve a su vida normal mucho más pronto", señala la responsable del área de tumores del Centro Laparoscópico Dr. Ballesta (CLB), Carmen Balagué.
Para poder hacer este tipo de diagnóstico, la unidad la integra un equipo de cuatro cirujanos, liderados por Balagué y coordinados por el doctor Carlos Ballesta. A nivel de técnicas quirúrgicas, el doctor Carlos Ballesta destaca la posibilidad de realizar tratamientos mínimamente invasivos gracias a la gran precisión diagnóstica de la unidad. "Cuando el tumor no está muy avanzado, es posible extirpar el tumor mediante una endoscopia y así evitar la cirugía", indica.
Detectarlo en la fase inicial
El Instituto Oncológico Teknon (IOT), uno de los centros más avanzados de Europa, coordinará y dará soporte complementario en este tipo de tumores. El diagnóstico precoz del cáncer digestivo resulta clave en el campo de la oncología. Como explica el oncólogo médico responsable del área de conocimiento de los tumores digestivos del Instituto Oncológico Teknon, el doctor Jaume Capdevila, si un tumor se detecta en su fase inicial, no solo la probabilidad de curación aumenta de forma exponencial, sino que la intensidad del tratamiento será menor.
"En tumores más iniciales, sin afectación en profundidad o sin metástasis ganglionares, la complejidad del tratamiento postoperatorio se simplifica en gran medida, reduciendo los meses de duración de la quimioterapia o incluso se puede llegar a evitar", destaca.
Colon y páncreas
El oncólogo ejemplifica esto a través de los tumores de colon y páncreas. Así, los casos más avanzados de cáncer de colon requieren seis meses de quimioterapia postoperatoria, conllevando en la mayoría de los casos ciertos efectos secundarios que pueden perdurar en el tiempo. "En cambio, en tumores menos desarrollados puedes reducir este tratamiento a tres meses manteniendo eficacia y reduciendo toxicidad, o incluso puedes ahorrarte la quimioterapia en estadios muy iniciales", asegura Capdevila.
En el caso del carcinoma de páncreas, la tercera causa de muerte por cáncer, una detección precoz determina la efectividad del tratamiento, tanto quirúrgico como médico. "El cáncer de páncreas requiere tratamiento perioperatorio en la gran mayoría de situaciones, pero la relación entre riesgo y beneficio es mucho más favorable en aquellos tumores más pequeños", detalla Capdevila.