La necesidad urgente de poner medidas para mitigar el impacto de la contaminación y para favorecer un modelo de consumo amable con el medio ambiente no es algo nuevo. Hace más de dos décadas que organizaciones de diferentes países reclaman a los gobiernos y a las empresas poner en práctica nuevas medidas para iniciar una nueva cultura basada en la sostenibilidad. De hecho, se han dado grandes pasos en esta línea, como el Acuerdo de París, firmado por la mayoría de países desarrollados.
Sin embargo, las circunstancias de la pandemia que han recluido a la sociedad en sus hogares durante más de tres meses este 2020, han generado un impacto en las personas que ha replanteado aspectos fundamentales por completo. En términos de consciencia medioambiental, son buenas noticias: así lo refleja el informe de Kantar de 2020, realizado entre mayo y junio de este año, según el cual el 46% de las personas confirman que los problemas medioambientales les afectan personalmente.
Más conciencia ecológica
Este aumento de la concienciación medioambiental en las personas, inevitablemente, repercute en las empresas, que deben ocupar un papel relevante en las comunidades en las que operan porque con su labor pueden convertir estos entornos en mejores lugares en los que vivir y trabajar.
De este modo, en un momento crucial y particularmente sensible de la historia, las grandes compañías tienen la oportunidad y la responsabilidad de actuar como palancas de cambio hacia una sociedad mejor y por una recuperación verde.
Llamada a las empresas a la acción
Una de estas grandes multinacionales, capaces de tener un gran impacto económico y social, es Coca-Cola, que desde hace años se ha arremangado las mangas para trabajar por la reducción del impacto medioambiental de sus operaciones.
Por ello, The Coca-Cola Company y Coca-Cola European Partners han refrendado declaraciones como Green Recovery, impulsada por la Unión Europea, y Recover Better, promovida por Pacto Mundial, para seguir actuando e invitar a otras empresas y gobiernos a adoptar medidas que promuevan una recuperación sostenible tras la crisis generada por la Covid-19.
Objetivos para 2025
Con todo, no se trata de una línea nueva para la empresa: ya en 2017 presentó su iniciativa Avanzamos para Europa Occidental, que consiste en una reestructuración de su estrategia de sostenibilidad en la que se marcó nuevos objetivos para 2025.
Se trata de una serie de metas muy concretas que giran en torno a seis ejes: ofrecer bebidas con un menor contenido en azúcar, utilizar envases más sostenibles, ser un agente de cambio positivo en la sociedad, hacer un uso eficiente del agua, reducir emisiones y trabajar con una cadena de suministro responsable.
Sostenibilidad desde el punto cero
Así que, en el marco de esta estrategia, la compañía empieza desde el inicio: la cadena de producción. De este modo, todas sus plantas agrícolas cuentan con planes de protección de las fuentes de agua; devuelve cada año el agua que contienen sus bebidas a través de proyectos en zonas de gran valor ecológico.
Su meta es reducir un 20% el uso del agua en el proceso de fabricación con respecto a 2010. Además, se ha comprometido a que el 100% de sus principales ingredientes agrícolas sean de origen sostenible.
Hostelería por el clima
Respecto a los distribuidores, la empresa ha trazado un plan para movilizar al sector de la hostelería por el medio ambiente y desde 2017 desarrolla en España la iniciativa Hostelería #PorElClima.
Se trata de una plataforma online, que ya cuenta con 650 establecimientos adheridos en la que pequeños, medianos y grandes hosteleros se comprometen a desarrollar una serie de buenas prácticas ambientales en seis ámbitos: agua, consumo responsable, energía, huella de carbono, movilidad y prevención y gestión de residuos. con la colaboración de Hostelería de España, y más de 3.900 acciones climáticas puestas en marcha.
En un contexto como el actual, los hosteleros tienen ante sí la posibilidad de convertir su compromiso con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático en un elemento que contribuya a la reactivación económica del sector tras el frenazo impuesto por la Covid-19.
Reducir las emisiones
En este sentido, destaca su ambicioso programa para minimizar las emisiones de carbono que tiene el objetivo de reducir para 2025 un 35% las emisiones en sus operaciones directas con respecto a 2010. Algo que casi había alcanzado (30,5%). Ahora, sin embargo, refuerza su compromiso: se ha propuesto rebajar esas emisiones un 30% más para 2030, y alcanzar la neutralidad de carbono en 2040.
Asimismo, la empresa tiene muy presente el papel crucial que juegan los envases a la hora de reducir la huella de carbono por lo que hace grandes esfuerzos para que estos sean más sostenibles cada día.
Ecodiseño y reciclaje
Los envases son fundamentales en la industria alimentaria. Permiten transportar los alimentos y las bebidas de forma segura y conservar todas sus propiedades. Pero, teniendo en cuenta los residuos que se generan con la producción a gran escala, ¿cómo se lleva a cabo el compromiso con la sostenibilidad?
Para lograrlo, Coca-Cola introduce criterios de ecodiseño e impulsa la innovación para reducir el peso de sus envases, aumentar el uso de material reciclado y mejorar su reciclabilidad, además de buscar soluciones para luchar contra la basura marina en el marco de la economía circular.
Latas ultraligeras
Esto se consigue, por ejemplo, aligerando su peso y aumentando el porcentaje de material reciclado para emplear menos recursos, aunque también innovando para facilitar su reciclaje y desarrollando novedosas alternativas a los envases tradicionales.
Un ejemplo son sus nuevas latas y botellas, ahora más ligeras, elaboradas con más material reciclado. El peso de la botella Contour de vidrio rellenable, la más icónica de la marca, con las que se ha conseguido reducir un 21% con respecto al año 2000, la botella de plástico de dos litros, ha disminuido su peso en un 35% desde 2010 y las latas pesan hasta un 60% menos que hace 30 años.
Impulso a la economía circular
Para evitar la contaminación de los entornos naturales, especialmente de los mares y océanos, Coca‑Cola trata de liderar la ruta hacia una economía circular. Frente al actual sistema lineal de producir, usar y tirar, la economía circular propone un modelo de crecimiento en el que los envases pueden convertirse en otros al finalizar su vida útil, sin que ninguno termine como residuo.
El fomento de este tipo de economía ofrece la oportunidad de transformar la economía, fomentar la investigación y la innovación, atraer inversiones y apostar por el desarrollo de un ecosistema emprendedor que beneficie a la sociedad en su conjunto. Sus metas para 2025 son recoger y reciclar el 100% de los envases que comercialice, que el 100% de sus envases sea reciclable y que el 50% del plástico que utilice sea reciclado.