El vino español conquista los mercados mundiales. El auge de la demanda que ha experimentado en los últimos años en países como Reino Unido, Rusia y China, ha situado al país como líder en la exportación mundial. En este contexto de abundancia, también era necesaria una renovación en el sector de cara a los mercados internacionales. El nacimiento de la primera edición del Barcelona Wine Week, que tuvo lugar del 3 al 5 de febrero en el recinto ferial de Montjuic, ha hecho plausible estos cambios que ya se venían gestando desde hacía tiempo por parte del gremio.
Emancipado del clásico Salón Intervin, el certamen, que se postula como el mayor escaparate del vino español en el mundo, recibió más de 550 expositores y estuvieron representadas 40 denominaciones de origen de todo el territorio español. Al evento asistieron cerca de 15.600 profesionales, procedentes de 54 países, además de más de 300 compradores internacionales de mercados estratégicos invitados por la organización.
Homenatge: el orígen
El vino catalán tenía una especial presencia, dada su impresionante capacidad productiva. Dentro de la D.O cava la casa Sumarroca llevó su gama exclusiva Núria Claverol. Esta original línea de cavas, nació en 2004 cuando los hijos de Nuria Claverol y del Carles Sumarroca, decidieron homenajear a su madre con un diseño de botella único y especial, inspirado en las antiguas ánforas griegas.
La combinación de diseño, ganadora del premio ADI-FAD, y la selección de xarel·lo de viñas viejas de la Finca Peretes, hizo posible el lanzamiento del Homenatge, un cava de la madre y de la tierra que cuenta con más de 40 meses de crianza en una botella firmada por los tres hijos, Carlos, Albert y Jordi.
Una gama de lujo
La colección se completa con 3 cavas más. El Allier, un clásico de vanguardia que homenajea la Núria aventurera. Un cava Chardonnay fermentado en barrica procedente de la Finca Cols con una gama aromática compleja y endulzada por la crianza mínima de 36 meses.
El Blanc de Noirs, un cava elaborado de Pinot Noir de la Finca Rosendo con una crianza mínima en botella de 36 meses, que elogia Núria de los Astros y del Tiempo. Una combinación estelar que le confiere un sabor mineral, vibrante y de frutas asiáticas.
Y el el Rosé, un vino con la identidad de la Finca Molí Coloma que es la que tiene los suelos más jóvenes. Tiene un aroma intenso a grosellas y fresas de bosque, con un fondo fresco de minerales y un sabor trajeado, elegante, plácido, que sorprende por su armonía.
Aspirantes a cava de paraje
Todos ellos tienen un fuerte carácter que los identifica con la tierra. Por ello, se postulan para el distintivo de cava de paraje, un certificado de calidad que se otorga por sus singulares características edafológicas y climáticas. Además, requiere que la producción de la uva en la viña y la elaboración del cava cumplan con unas condiciones específicas que controla el Consejo Regulador de la D.O Cava.
Otros de los requisitos indispensables que deben cumplir estos cavas son tener una edad mínima de diez años, una crianza mínima de fermentación en botella de 36 meses y un rendimiento máximo de 8.000 kilos por hectárea. Asimismo, debe tener una trazabilidad integral desde la viña hasta la comercialización y el vinificado ha de ser en la propiedad.