Aunque no lo parezca, un simple gesto como el de tirar una toallita al váter tiene graves consecuencias para el medio ambiente. Las toallitas húmedas están fabricadas con unas fibras muy resistentes, por lo que no llegan a deshacerse con la suficiente rapidez como para desintegrarse antes de llegar a la depuradora de aguas. Como consecuencia, se producen graves atascos y averías en la red de saneamiento, y además, cuando esto ocurre, se producen vertidos de aguas fecales a ríos, arroyos o directamente al mar a través de las cañerías.
Las toallitas húmedas, aunque son biodegradables, están fabricadas con un material que hace que tarden mucho más en deshacerse que el papel higiénico, y provocan atascos complicados, desagradables y caros.
Campaña clave
Por este motivo, Aigües de Barcelona lleva dos años realizando acciones de concienciación en los municipios del área metropolitana de Barcelona. La compañía puso en marcha la campaña “Stop Tovalloletes al vàter”, una iniciativa que se saldó el año pasado con la distribución de 20.000 papeleras para colocar al lado del inodoro de casa en los diversos municipios que vierten las aguas residuales a la depuradora del Besòs. Después de la campaña –que también se desarrolló en Badalona, Santa Coloma de Gramenet y los distritos barceloneses de Sant Andreu, Sant Martí y Nou Barris–, el número de residuos que se lanzan al váter en esta zona en algunos periodos se ha reducido hasta un 19%.
Una foto de la campaña 'STOP Tovalloletes', de Aigües de Barcelona
La misma campaña se había llevado un año antes a los municipios que hacen llegar las aguas residuales a la Estación Depuradora de Gavà Viladecans (Sant Boi de Llobregat, Gavà, Sant Climent de Llobregat, Viladecans y Castelldefels). La iniciativa permitió reducir el número de residuos lanzados a la depuradora en cerca del 2,5%. Así, se pasó de 265,22 toneladas de residuos procedentes del pretratamiento en los primeros nueve meses de 2016, a 243,64 toneladas en el mismo periodo de 2017.
Papelera que regala la campaña 'STOP Tovalloletes'
Afectación a Barcelona
El vertido de toallitas al retrete genera importantes problemas en las depuradoras, y en especial a la ciudad de Barcelona. De hecho, el 46% de las emergencias registradas por la empresa Aigües de Barcelona durante el 2015 tenían relación con estas toallitas.
En el 2014 se vertieron en los desagües de los 36 municipios del área metropolitana más de 4,4 millones de kilos de desechos, casi 1,4 kilos por habitante. Además, ocho de cada diez servicios de limpieza de cañerías se producen por atascos provocados por las toallitas húmedas. A las comunidades de vecinos, estas reparaciones les cuestan un mínimo de 300 euros.
Residuos recogidos del Área Metropolitana de Barcelona
Perjuicio económico
El lanzamiento de toallitas húmedas al váter repercute gravemente en el bolsillo, ya que la sobrecarga de materiales inadecuados que llegan a través de la red del alcantarillado provoca un aumento de las averías, del gasto en mantenimiento y también del consumo eléctrico.
Otra consecuencia perjudicial es el impacto económico que supone solucionar la acumulación de basura que no tendría que llegar, tanto en lo que se refiere a las horas de trabajo dedicadas como a los costes en materiales y máquinas que supone tener que hacerlo. En el ámbito doméstico, la acumulación de estas toallitas en los desagües de los pisos también hace que se atasquen las cañerías e incluso, a veces, el mismo inodoro particular.
Contenido elaborado con la colaboración de Aigües de Barcelona