La actualidad económica y financiera ofrece distintas posibilidades para aquellos inversores que quieren ampliar su capital. Aun así, es de vital importancia conocer los riesgos de dichas inversiones, a dónde va el dinero depositado y las condiciones que se ofrecen.
Invertir capital siempre supone un riesgo, ya que no existe inversión asegurada y a mayor rentabilidad, mayor será el riesgo que se deba asumir. Para evitar grandes pérdidas económicas en inversiones muy cotizadas, pero con un alto riesgo, la mayoría de inversores acude a las inversiones a plazo fijo.
Se conoce como el producto estrella y es el más elegido por su estabilidad y practicidad. Es un producto destinado al ahorro, una de las partes deposita su dinero en una entidad financiera que será la encargada de custodiarlo y de devolvérselo junto con los intereses generados una vez concluya el tiempo acordado. Los intereses dependerán del acuerdo de remuneración y puede ser fijo o variable.
¿Cuál es el depósito para cada cliente?
Hay diferentes tipos de depósito. El más común es el depósito a plazo fijo que se presenta como un producto de ahorro constante y seguro en el que, por lo general, el cliente sabe la rentabilidad que va obtener por su inversión cuando concluya el tiempo pactado.
Aun así, las entidades financieras ofrecen también otros tipos de depósito según los intereses de cada cliente. Los depósitos de interés variable no estipulan un tipo de interés inicial, si no que depende de un índice que se toma como referencia, generalmente el euríbor.
El depósito a la vista ofrece una liquidación total y se puede retirar el dinero en su totalidad sin penalización, pero el rendimiento económico no es muy elevado. Los depósitos combinados funcionan de forma más compleja, ya que combinan plazo fijo con liquidez total y una retribución alta con un producto referenciado a valores o índices bursátiles que dependerán del valor que tengan en cada momento.
Otros modelos de depósitos son los regalos, o los que ofrecen ventajas fiscales en divisas, pero no tienen tanto arraigo en los inversores habituales.
¿Está seguro tu dinero?
Para invertir capital es necesario conocer al detalle el producto a contratar. Para asegurar que en caso de insolvencia bancaria no se pierde ese dinero, la entidad financiera debe pertenecer al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).
Este fondo fue creado por Real Decreto-Ley en 2011 para cubrir las pérdidas de aquellos que al depositar su dinero sufran alguna situación de insolvencia o impago de algún banco. El FDG garantiza hasta un máximo de 100.000 euros por titular y entidad, pero no asume las pérdidas de bonos, pagarés, planes de pensiones préstamos e hipotecas, fondos de inversión o seguros de ahorros.
Puntos a tener en cuenta antes de invertir
Conocer la rentabilidad de la inversión es fundamental para conocer el beneficio. La Tasa Anual Equivalente (TAE) es el Tipo de Interés Anual (TIN) que es la rentabilidad bruta con la que se conoce cuánto dinero se va a ganar.
Asimismo, el plazo en el que el capital debe estar depositado, la liquidación de intereses, las opciones de cancelación y si la renovación es automática también son puntos a conocer y tener en cuenta para asegurar una inversión de calidad y a la medida de cada usuario.
Banca Farmafactoring y su Depósito Facto ofrece el primer producto con estas cualidades y con una rentabilidad superior a la de una cuenta corriente o un depósito tradicional.
La flexibilidad es de tres meses a 60 meses, con un acceso del 100% de forma online, con rentabilidades más altas que las del mercado, 1,66% TAE y con importes para pequeños inversores hasta grandes capitales (10.000 euros a tres millones de euros).
Además, no aplican comisiones, la liquidación trimestral de intereses, y desde su calculadora online puedes saber cuánto dinero vas a ganar. Este depósito está avalado por el el Fondo Interbancario di Tutela dei Depositi italiano (F.I.T.D) garantizando hasta un máximo de 100.000 euros.