El gas natural es la fuente de energía más eficiente para los hoteles. Así lo concluye un estudio elaborado por el Instituto Tecnológico Hotelero (ITH), un centro de innovación enfocado en el sector. La limpieza, la calefacción y la cocina son los principales ámbitos en los que el uso del gas natural puede marcar la diferencia frente al de otros combustibles.
La energía suele representar entre el 5% y el 8% de los gastos que tienen que asumir los hoteles. Según un informe de Gas Natural, el potencial de ahorro energético es del 26,4%. “El gas natural es el combustible más eficiente, limpio y barato”, explica Óscar Alonso, técnico del área de Eficiencia Energética y Sostenibilidad del ITH.
Uso limitado
Un suministro más cómodo, menos emisiones, la posibilidad de operar a potencias bajas, la rapidez en la puesta en marcha y unos sistemas de regulación y control fáciles de instalar son las principales ventajas que el gas natural conlleva para la hotelería. Sin embargo, su uso en el sector no está extendido.
Según Alonso, el hecho de que muchos hoteles se encuentren en zonas donde no llega el gas natural es uno de los principales motivos. Además, el previo uso de otros combustibles como el gasóleo supone una inversión para que los establecimientos adapten el equipamiento a la nueva fuente de energía.
Limpieza, calefacción y cocina
El lavado, secado y planchado de la ropa de los hoteles es uno de los usos que más ahorro económico puede suponer: entre el 60% y el 70%. La calefacción y el agua caliente también son más baratas y eficientes con el uso de gas natural.
Para los establecimientos que cuentan con zona de spa, los beneficios se materializan en la climatización de piscinas, baños de vapor y zonas termales, ya que facilita un control preciso de la presión y la temperatura.
Esta exactitud se traslada también a las cocinas industriales. La llama visible y regulable y la gran potencia de calor son los mayores beneficios de usar gas natural en este aspecto.
Más sostenible
El consumo en los hoteles se suele dividir equitativamente entre el eléctrico y el térmico. La energía convencional más usada es el gasóleo, que a la vez es una de las más contaminantes. El propano, la segunda más extendida, emite menos gases perjudiciales para el entorno.
Sin embargo, la energía convencional más respetuosa con el medioambiente es el gas natural. La temporada alta y el incremento de turistas suponen para los hoteles un mayor gasto energético, que pueden paliar con la apuesta por el gas natural.