La sección Listo para Comer de Mercadona reúne una variedad de platos preparados pensados para consumir al momento, sin necesidad de cocinar ni calentar en muchos casos. Su objetivo es ofrecer soluciones rápidas y prácticas para el día a día, desde ensaladas y platos fríos hasta elaboraciones más completas como pastas, carnes o recetas tradicionales.
Esta área del supermercado se ha ido ampliando, en los últimos años, y destaca por propuestas que buscan equilibrar comodidad, sabor y precio, convirtiéndose en una alternativa útil para quienes tienen poco tiempo o necesitan resolver comidas improvisadas con buena presencia.
Listo para Comer
La ensaladilla de marisco de la sección Listo para Comer llega en un cómodo bol de 250 gramos y reúne algunos de los sabores más representativos de la Navidad. Es un plato pensado para servir tal cual, sin necesidad de calentarlo, ideal tanto como entrante individual como para completar una mesa de picoteo. Su principal atractivo, además, está en el precio: por 4 euros se ofrece una preparación ya montada, vistosa y sin complicaciones. En días de visitas inesperadas o cenas improvisadas, esa comodidad es clave.
El producto reúne una base de mayonesa suave, 30%; boca de mar (surimi), 35%; langostino, 25%; merluza, 15% y huevo hilado como remate decorativo y sabor final.
A nivel nutricional, esta opción aporta 7,9 g de proteínas por cada 100 g, junto con 4,4 g de grasas saturadas y una cantidad moderada de hidratos de carbono. No pretende ser una elaboración ligera, sino un entrante contundente y propio de celebraciones, pensada para compartir o abrir una comida especial.
Ensaladilla de marisco
Propiedades de los langostinos
Los langostinos son un marisco muy valorado por su sabor, pero también por su perfil nutricional. Según diferentes fuentes especializadas en nutrición, se trata de un alimento rico en proteínas de alta calidad, con un aporte aproximado de 20 a 24 g por cada 100 g, lo que los convierte en un ingrediente saciante y adecuado para dietas que buscan aumentar la ingesta proteica.
Son una buena fuente de minerales esenciales, como yodo, fósforo, zinc y selenio, fundamentales para el funcionamiento del sistema inmunitario y el metabolismo. Además, aportan vitaminas del grupo B, en especial B12, necesaria para la formación de glóbulos rojos. Aconsejan consumirlos con moderación debido a su contenido en sodio y colesterol.
Boca de mar
Las bocas de mar o surimi son un producto elaborado a partir de pescado blanco desmenuzado y lavado, normalmente abadejo de Alaska o merluza. Este se limpia hasta obtener una proteína muy fina y neutra, a la que después se le añaden almidones, clara de huevo, aceite vegetal, sal y aromas naturales para darle consistencia y sabor. Finalmente, la mezcla se moldea y se colorea por fuera para imitar el aspecto del cangrejo o del marisco. Este proceso no es improvisado: está descrito por la FAO, que lo considera una técnica eficiente para conservar la proteína del pescado y aprovecharla en forma de productos fáciles de consumir y con buena vida útil.
En cuanto a sus propiedades, se muestra que el surimi aporta proteínas moderadas (10–13 g por cada 100 g), es muy bajo en grasa (0,5–2 g), y contiene hidratos de carbono debido a los almidones añadidos (10–15 g). Su aporte energético es relativamente bajo, unas 90-120 kcal por 100 g, y proporciona minerales como yodo, fósforo y selenio; aunque en menor cantidad que el pescado fresco porque parte de ellos se pierde durante el lavado. Destaca por su bajo colesterol en comparación con el marisco auténtico, pero sí contiene más sal, algo habitual en los productos procesados.
