Girona es reconocida por su excelencia gastronómica, resultado de la combinación de ingredientes locales de alta calidad, por su rica tradición culinaria y por su innovación de chefs de renombre.
La cocina gerundense destaca por la fusión de sabores de mar y montaña, utilizando productos frescos de la región como carnes de ganaderías locales, pescados y mariscos del Mediterráneo, y verduras de sus huertas. Platos emblemáticos como el suquet de peix, el arroz a la cazuela y el trinxat de la Cerdanya o los dulces, como el xuixo o los panellets, reflejan la riqueza de esta ciudad.
La provincia también alberga restaurantes de prestigio internacional, como El Celler de Can Roca, y nuevos proyectos como Fontané, que rinde homenaje a la cocina catalana tradicional. Estas iniciativas, junto con el compromiso con la sostenibilidad y el producto de proximidad, consolidan a Girona como un destino culinario de referencia.
La recomendación de Jordi Roca
Si hablamos de cocina catalana, no puede faltar un restaurante emblemático. Así lo explica Jordi Roca, que en varias ocasiones ha declarado que su restaurante favorito es el Can Roca, el de sus padres.
Está ubicado en el centro de Girona y ofrece una carta clásica, con entrantes, carnes, pescados, postres y un menú del día por 17 euros. En su web, los hermanos lo describen así: "Autenticidad, generosidad, hospitalidad y esfuerzo".
Montserrat Fontané y Josep Roca abrieron el local, en el año 1967 en el barrio de la Taialà, con el objetivo de dar servicio a una fábrica cercana. Allí se empaparon del arte culinario, los tres hermanos, y allí continúan yendo para degustar las elaboraciones de sus padres: arroz a la cazuela, butifarra a la brasa, pollo a la brasa, salmón, sepia y crema de verduras, entre otros platos.
Canelones de Can Roca
Además, aparte en el menú, se puede pedir la especialidad de la casa: calamares a la romana por 11,50 euros. Los viernes se puede degustar el plato estrella de la familia, los canelones de Can Roca, con la receta de Montserrat. ¡Increíbles! Y para finalizar, tres opciones de postre casero: pastel de queso, crema catalana o mousse de higos. ¿Quién no podría resistirse a esto?