Gerardo Pisarello
Gerardo Pisarello simboliza para muchos barceloneses la etapa más controvertida del colauismo: el ideólogo de decisiones urbanas y gestos políticos que una parte de la ciudad identifica con parálisis, inseguridad jurídica y divisiones innecesarias. Su nombre, asociado al núcleo duro que gobernó Barcelona entre 2015 y 2023, despierta más recelos que ilusiones entre quienes temen una reedición de ese ciclo.
Su salto al Congreso no ha rebajado la polémica: sus gestos contra los símbolos institucionales y su manera de relacionarse con los medios refuerzan la imagen de un dirigente más preocupado por la escenificación ideológica que por la gestión serena. Ese estilo, celebrado en ciertos círculos militantes, alimenta sin embargo la percepción de que Pisarello confunde la institución con un escenario para fines partidistas.
Ante unas municipales en las que los Comuns llegan en su momento más bajo, su candidatura se lee menos como renovación y más como retorno de un proyecto que una parte importante del electorado considera agotado. Pisarello será bien recibido por aliados de la izquierda independentista, pero puede convertirse en el mejor argumento de movilización para quienes no quieren revivir la inestabilidad y la crispación de aquel mandato.
