El presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre
La patronal catalana Foment del Treball concedió ayer sus premios y medallas de honor anuales, que distinguen la buena labor de empresas y empresarios de Cataluña. Una gala que congregó a lo más granado del ámbito socioeconómico de la autonomía, y que distinguió, entre otros, a personalidades como el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, el vicepresidente de su consejo de administración, Pedro Fontana, y el ex primer ministro italiano Enrico Letta.
El presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, pasó balance a la situación económica del país en un acertado discurso, en el cual pidió un marco político y jurídico estable que permita a las compañías planificar, invertir y crecer con seguridad. "Sin estabilidad, no hay confianza, y sin confianza, no hay futuro", recordó ante las autoridades.
Asimismo, puso sobre la mesa las seis prioridades de Foment para mejorar la economía y el día a día empresarial: tener una fiscalidad competitiva y homologable a la europea, que suprima impuestos que desincentivan la inversión -caso del de Patrimonio, o limitar al 5% el de Sucesiones y Donaciones, deflactar el IRPF y mejorar el trato a los autónomos-; incentivar la construcción de vivienda asequible, acabando con la intervención de precios y la reserva obligatoria del 30% de VPO en Barcelona; reforzar infraestructuras estratégicas, con una inversión pública anual de 5.500 millones de euros, e impulsar la ampliación del aeropuerto de El Prat; o, en energía y sostenibilidad, alargar el ciclo de las nucleares y eliminar el impuesto del 7% a la generación eléctrica, entre otras medidas.
En el plano laboral, Sánchez Llibre también expresó su rechazo a la imposición generalizada por ley de la jornada de 37,5 horas semanales y el control horario universal. Y pidió medidas para reducir el absentismo, simplificar la burocracia, y crear empleo de calidad para contribuir a alcanzar salarios más altos.