Javier Sanz, presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares
La Autoridad Portuaria de Baleares, el organismo que engloba los puertos de Ibiza, Palma de Mallorca, Mahón, Alcudia y la Savina, está bajo la lupa por la reciente concesión de Botafoch, la marina 'top' ibicenca, a la gestora de puertos deportivos Ocibar.
La justicia investiga por presunto tráfico de influencias y malversación dicha adjudicación tras la denuncia de un concesionario belga: Luc Louis Chapelle -que lleva años pugnando judicialmente por su local en la dársena- y su abogado barcelonés. Una denuncia que ha dado lugar a diligencias penales contra el contrato de cinco años --dos, más tres de prórroga-- que ganó Ocibar.
Tal como explica hoy Crónica Global, Chapelle es el dueño del local número 310 de Botafoch. Y sostiene que su punto de venta fue atrapado por el restaurante vecino Il Giardinetto, cuyo local regentó en el pasado el mafioso italiano Antonino Vacante. Algo que el concesionario niega, sostienendo que el noble centroeuropeo ya no es el dueño del espacio.
Lo que se dirimirá en este procedimiento penal es si esa presencia potencialmente criminal sigue activa en Marina Botafoch o no. Y si el local de Chapelle en el centro de la disputa es suyo, o si ha perdido el título de propiedad. Y, en caso de ser suyo, si está okupado, según sostiene el afectado. Todas ellas son premisas que Ocibar, la concesionaria, niega: según asegura, el empresario belga perdió la titularidad con el cambio de concesión en 2023. Y que, por tanto, sus pretensiones no tienen base.
