Los grandes sindicatos, como UGT y CCOO, han dado cobertura a una huelga general que ha resultado en un fracaso de grandes dimensiones. En el caso del segundo, liderado en Cataluña por Belén López, convocó dos paros de dos horas en el turno de la mañana y en el turno de tarde.
El seguimiento ha sido irrisorio, tanto en educación, como en sanidad, como en transportes. Tan solo han agitado la jornada las protestas en calles y carreteras, y el vandalismo de la manifestación vespertina. Un fracaso que deja de manifiesto el populismo de la adhesión a la huelga por Gaza, con una posición a medias --al no secundar el paro total--, que responde principalmente al temor al qué dirán en caso de no haberse sumado.
