Ferran Garcia Cardona, director gerente del Hospital de Terrassa, se encuentra en el centro de la tormenta que sacude al servicio de urgencias del centro sanitario. El trágico suicidio de una paciente con patología psiquiátrica grave, que llevaba más de 48 horas esperando cama en planta, ha puesto de relieve las carencias estructurales y organizativas del hospital que dirige.
El comité de empresa del Consorcio Sanitario de Terrassa (CST) y el sindicato Metges de Catalunya han denunciado el colapso permanente de urgencias, un servicio que califican de “caótico” por la falta de equipamientos y profesionales frente a una demanda que desborda las capacidades del centro. Recuerdan, además, que los facultativos ya habían advertido a la gerencia de la elevada presión asistencial, sin que hasta ahora se hayan tomado medidas para rectificar la situación.
A esto se le suma la precariedad sanitaria de Terrassa, la tercera ciudad de Cataluña en población, que sigue sin disponer de un Centro de Urgencias de Atención Primaria pese a su crecimiento demográfico. Mientras los sindicatos reconocen el esfuerzo y profesionalidad de los trabajadores del CST, exigen a las autoridades sanitarias medidas urgentes que permitan descongestionar el hospital y corregir un desorden organizativo que arrastra desde hace años.
