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Joan Laporta vuelve a dar un volantazo. El presidente del FC Barcelona había anunciado el regreso del trofeo Joan Gamper al nuevo Camp Nou el 10 de agosto. Pero, apenas unas semanas después, el plan podría venirse abajo: el club se plantea trasladar el partido al Estadi Johan Cruyff, con apenas 6.000 localidades, por la falta de licencias municipales y el retraso de las obras.

A día de hoy, el Barça solo cuenta con la licencia de actividades, pero no con la de primera ocupación parcial, indispensable para acoger público en la grada. Sin ella, la opción del Camp Nou se desvanece. El Ayuntamiento ya avisó que no habría trato de favor, y la magnitud de la reforma obliga a cumplir los plazos y las garantías de seguridad.

Las prisas no ayudan: pedir una licencia de este tipo con solo un mes de antelación parece poco realista, tal y como reconoció Xavier Vilajoana, presidente de los promotores catalanes.

El cambio afectaría directamente a los ingresos de ticketing, los asientos VIP ya vendidos y la imagen del club. Ni siquiera está confirmada la prueba piloto prevista para el 28 de julio. Si no se puede garantizar esa toma de contacto técnica, el regreso se complicará aún más.

Montjuïc, donde el equipo jugó las últimas dos temporadas, está descartado. El tiempo juega en contra. Todo apunta a que el Gamper se hará, finalmente, en el Johan Cruyff. Otro volantazo más de la junta de Laporta.