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Tatxo Benet (Lleida, 1957) no atraviesa días fáciles en sus negocios. Mientras que Spanair, aerolínea de la que él formó parte, aún se mantiene en la lista de deudores más importantes de la Agencia Tributaria con más de 15 millones de euros pendientes, el empresario se ha visto obligado a tomar decisiones complicadas en dos de sus negocios.

Por un lado, prepara un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en Mediapro, tal y como avanzó este medio el viernes. Propone despedir dos meses a unos 180 trabajadores al caducar el contrato con LaLiga por la producción televisiva de primera y segunda división este martes, 1 de julio. Ello, mientras la patronal de Javier Tebas evita informar de la nueva adjudicataria del quinto lote para sortear la subrogación de los empleados del gigante audiovisual que preside Benet.

Por otro lado, el Museo del Arte Prohibido echará el cierre indefinido por la huelga y un desplome del 75% en ingresos. La protesta, activa desde febrero frente a la Casa Garriga Nogués, ha ahuyentado al público y frenado en seco las expectativas de crecimiento, que han caído un 95%. La dirección atribuye la decisión a algo "inevitable".

El conflicto comenzó cuando Benet, impulsor del proyecto, rescindió el contrato con la subcontrata Magmacultura. El sindicato SUT respondió con una huelga indefinida y una presencia constante frente al museo, donde desplegaron pancartas y denuncias que, aunque no bloqueaban el acceso, disuadieron a muchos visitantes.

La protesta reclamaba mejoras laborales como la aplicación del convenio o la climatización del espacio. Ni las inspecciones laborales ni las mediaciones de Treball lograron resolver el conflicto, que ya ha llegado a los tribunales. El cierre deja a la deriva este proyecto pionero de Benet, que tenía en su galería varias obras de arte subversivas, como Piss Christ, de Andrés Serrano, Amen, de Abel Azcona, o Not dressed for conquering, de Inés Doujak --donde aparece el rey emérito en una escena explícita.