
José Cañellas, presidente y fundador de Fergus Group
Puede que la guerra que ha estallado en la Costa Brava catalana entre los Aceña y Fergus Group no sea responsabilidad de la cadena mallorquina. Puede que sea la mala gestión de la saga local la que haya llevado el superalojamiento de 800 habitaciones Don Juan, el símbolo del turismo de sol y playa en Cataluña.
Pero ello no es óbice para señalar que el conflicto, que ha derivado en los tribunales, suponga un pequeño fiasco para Fergus. Cabe recordar que esta firma es uno de los hijos estrella del turismo nacional. Es de las pocas cadenas que no pertenece a las grandes familias tradicionales, sino que la creó un directivo.
La firma entró en Cataluña después de que su exsocio Joan Pascual rompiera el pacto tácito de reparto del territorio. Buscó emular el crecimiento en otras comunidades autónomas.
A la primera de cambio, tres años después de colocar un pie en la región, ha terminado en los tribunales contra una de las familias granadas del lugar.
Por ello, puede que el pulso no sea su responsabilidad ni su culpa, pero supone irremediablemente un lunar en el hasta ahora inmaculado currículum de la enseña. Puede haber hecho las cosas bien, pero terminar fuera del mayor hotel del líder turístico español, y encima entre pleitos, es una mala posición que no merece ninguna gran cadena hotelera.