Germán Grisales, cónsul saliente de Colombia en Barcelona

Germán Grisales, cónsul saliente de Colombia en Barcelona Cedida

Examen a los protagonistas

Germán Grisales

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Es evidente que el Cónsul General saliente de Colombia en Barcelona, Germán Grisales, no ha dejado bien cerrado el equipo antes de marcharse a Portugal. La delegación diplomática catalana cerró sus puertas por completo ayer, pese al atroz apagón que dejó la ciudad y el resto de España a oscuras. 

Con decenas de compatriotas en la puerta, y muchos de ellos dentro, la oficina estatal dijo "todo el mundo fuera", y bajó la persiana.

Ello provocó situaciones dramáticas, como el caso de Eddy, nueva catalana con origen en Bogotá, que se quedó literalmente atrapada en el centro de la Ciudad Condal, sin transporte, cobertura telefónica, ni conocidos a los que llamar --puesto que no había red--, ni dinero para el taxi o bus, ni manera de volver a Rubí, población en la que reside. 

A sus 75 años, Eddy tuvo que ser socorrida por el equipo de Crónica Global, que sí mantuvo sus dependencias abiertas y operativas, en la medida de lo posible, pese al corte de fluido eléctrico. 

Ayer hubo muchas Eddys. Es cierto que millares, cuando no centenares de miles de ciudadanos, quedaron atrapados lejos de sus casas sin poder regresar a ellas. Pero no todos los afectados se encontraban dentro del consulado de su país cuando se marchó la luz de golpe. 

Es lo que le pasó a esta señora, que lleva 22 años residiendo en Cataluña. Se hallaba en el interior del Consulado, cuando se cortó el suministro, y el equipo consular la dejó de patitas en la calle. La echó sin miramientos. 

El equipo de Grisales mostró escasa humanidad, cuando no una absoluta falta de ella, y detalles como este importan cuando se evalúa la trayectoria de un alto cargo que cobra de un Estado.