Imagen de archivo del expresidente de la Generalitat, Pere Aragonès
Uno de los ejemplos ilustrativos de la mala gestión de los anteriores Ejecutivos secesionistas, centrados a lo largo de la última década en el procés y en cuestiones identitarias, ha sido el escaso desarrollo de las energías renovables, hasta el punto de haber dejado a Cataluña en el furgón de cola de toda España.
Los datos en este sentido son elocuentes y vergonzantes. El anterior Govern de Pere Aragonès (ERC) dejó entre su legado el colapso en la resolución de las solicitudes de ayudas para la instalación de placas solares en domicilios y pymes. Financiadas con fondos europeos Next Generation, llevan años de retraso e incluso el Institut Català d’Energia (ICAEN) sigue tramitando expedientes presentados en 2021.
Tal como explica hoy Crónica Global, la Generalitat está en la actualidad desbordada por las más de 90.000 solicitudes para conectar los hogares a energía limpia. Un problema al cual se suman los estrictos requerimientos europeos para justificar las ayudas.
Este caos ha obligado a las grandes operadoras del sector a renunciar al servicio. Algunas de las operadoras han explicado a este medio que llegaron a tener 10.000 peticiones, pero que el anterior Govern sólo resolvió 100 solicitudes, es decir, un 1%.
Y es que, según los últimos datos publicados por el ICAEN en enero, sólo se han pagado 23,7 millones de euros en ayudas para la energía solar de los 374,1 presupuestados, lo que representa apenas un 6,3% del total.
El actual Ejecutivo de Illa deberá hilar muy fino para solventar este grave problema. Poner fin a tan colosales listas de espera no será fácil.
