Marc Puig, presidente ejecutivo de Grupo Puig
No ha sido nada sencillo el contexto elegido por Puig, la centenaria corporación catalana de los perfumes, para dar el salto a los mercados financieros. Tras superar con creces las metas fijadas en su plan estratégico, la compañía pisó con decisión el acelerador, en un 2024 especialmente complejo para el segmento del lujo y los productos premium.
El recrudecimiento de la batalla comercial ha añadido elementos de incertidumbre que complican aun más la visibilidad para trazar una hoja de ruta que haga el negocio lo más predecible que se pueda, la aspiración de todo empresario. En este punto, las guías de Puig para 2025 miran con incertidumbre el posible impacto de la política arancelaria de EEUU, el principal mercado para el grupo.
En este punto, el equipo que lidera Marc Puig confía en la política de diversificación que ha llevado a cabo la empresa. El esfuerzo ha sido notable pero el peso de EEUU y del continente americano sigue siendo demasiado elevado. Y en escenarios tan complejos como el actual puede resultar un pesado lastre.
Por el momento, los mensajes de tranquilidad que se lanzan a los inversores no parecen surtir efecto. La cotización arrastra un fuerte castigo desde que se inició el año y, especialmente, el último mes, cuando las amenazas de la Administración Trump se han intensificado. Queda trabajo y tiempo por delante para avanzar a la hora de minimizar riesgos. Los focos del mercado son muy potentes y los exámenes son permanentes.
