Martín Ferrer, el dueño de Amnesia Ibiza
Es evidente que Martín Ferrer es historia viva de la noche española. El empresario catalán es una de las figuras indiscutibles del sector del ocio nocturno vernáculo. Hace escasos meses, se le reconoció en la entrega de premios de la gala de los 20 años de la patronal Fecalon.
Eso sí, un empresario que ha dejado tanto legado en la industria no puede irse sin cerrar su sucesión. Y es evidente que, hasta ahora, no lo ha hecho. Amnesia Ibiza, el club que creó en 1974 y que ha sido descrito como el mejor del mundo, atraviesa una doble crisis de negocio y de seguridad que lo lastran.
Por un lado, se enfrenta a la amenaza de Unvrs, la nueva propuesta de la familia Matutes en el macrolocal de la antigua Privilege. Y que le ha arrebatado a Amnesia algunas de sus citas más célebres, como la propia elRow, una de las fiestas más conocidas de la isla pitiusa.
Ahora, además, el histórico negocio ha tenido que contratar seguridad a una empresa de escoltas porque el pasado verano recibieron la inquietante visita de los díscolos de los Casuals, una facción separada de los hooligans del FC Barcelona. Este grupo logró hacerse con el control de la puerta hasta que se tuvo que fichar a una empresa de escoltas.
La doble crisis de Grupo Amnesia muestra que el conglomerado, referencia en el ocio nocturno patrio, no tiene bien amarrada la sucesión del negocio, pues ambas pifias son atribuibles a la nueva generación. Y ello son malas noticias para Ferrer, un empresario querido por muchos y referencia para otros tantos.
