El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en la presentación del Pla de Govern

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en la presentación del Pla de Govern EFE/Alejandro García

Examen a los protagonistas

Salvador Illa

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Hacía tiempo, demasiado, que los catalanes no se sentaban delante de la TV al final de un día tan señalado como Sant Esteve para escuchar un mensaje del presidente de la Generalitat que no estuviera trufado de agravios, batallas, enemigos, venganzas y demás elementos rayanos en lo bélico. 

Sólo por eso, el breve pero conciliador primer mensaje de Navidad de Salvador Illa como jefe del Govern mereció la pena y la atención de los ciudadanos. Pero además, el también líder de los socialistas catalanes incidió en una idea tan evidente como, por desgracia, ausente en los últimos tiempos: si se suma, todos ganan; si se pone en valor lo que une frente a lo que separa, se avanza mejor y más rápido. 

No es Illa un político de grandes titulares; tampoco impredecible. En su estreno en un trámite como éste, no se ha despegado del guión esperado ni tampoco del sostenido en las últimas semanas y, en general, desde que fue investido. Por eso, aun sin mencionarlo de forma explícita, ha insistido en que la etapa del procés tocó a su fin. Y ahora, toca remar en la misma dirección. 

Si el pueblo de Cataluña estaba cada vez más hastiado de enfrentamientos estériles también lo estaba de bandazos, sorpresas (muchas veces, desagradables), virajes suicidas y cambios de rumbo sin avisar. Por eso, lo mejor que se puede decir del discurso navideño de Illa es que ha sido plácidamente predecible. Si, además, será factible, sólo el tiempo lo dirá.