Valentí Oviedo
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El Liceu ha demostrado su capacidad de innovación y de adaptación a los tiempos con propuestas que combinan la tradición y la modernidad, el respeto y la provocación, la calidad y la diversidad. Una de ellas es la fiesta que ha organizado como preludio al estreno de Un ballo di maschera, la ópera de Giuseppe Verdi que se podrá ver a partir del viernes 9 de febrero en una versión no binaria por la que ha apostado el teatro, fiel a su costumbre de reinterpretar las obras con un toque moderno y provocador para suscitar polémica.
El evento pretende acercar el Liceu al público joven, ofreciendo un pica-pica con disyóqueis y un ambiente festivo y distendido, en el que se podrá disfrutar de la música y de la compañía de los asistentes, que irán disfrazados y enmascarados. Con esta propuesta, el Liceu se mantiene en primera línea de la escena operística internacional y demuestra su compromiso con la creación contemporánea y con las nuevas sensibilidades.
Bajo la dirección de Valentí Oviedo, el Liceu ha sabido renovar el gran teatro de la ópera catalana sin perder su esencia ni su prestigio. Su apuesta por atraer al público joven, aunque todavía no da resultados en taquilla, es una estrategia acertada y necesaria para acercar la cultura y la música a los jóvenes y asegurar así su supervivencia.